Conferencia de Mariano Akerman presentada en el ciclo educativo "Sueños de artistas e imaginación en el arte"
Entre las características más notables del Palazzo Vecchio o Palazzo della Signoria, un lugar destacado ocupan las decoraciones a la grotesca. Considerando ese hito arquitectónico florentino, el siguiente artículo investiga qué se entiende por decoraciones a la grotesca y en qué exactamente consisten las mismas.
Las decoraciones a la grotesca del Palazzo Vecchio no surgieron de la nada y de hecho poseen un contexto histórico específico. Ellas fueron desarrolladas en Italia durante la segunda mitad del siglo XVI. Pertenecen a un período de crisis que corresponde a la último segmento del Renacimiento italiano y al que se conoce como Manierismo.
En Italia, el manierismo es un período de transición que se da entre el Renacimiento pleno y el Barroco, aproximadamente entre los años 1525 y 1600. Fue precisamente en tiempos del Renacimiento pleno que el arte occidental conoció una extraordinaria armonía y belleza en las artes y en la arquitectura gracias a la contribución de figuras tales como Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel Ángel Buonarroti.
Artista inspirado por el legado grecolatino y sumamente equilibrado, Rafael fue él mismo pionero del renacimiento de los motivos grotescos en el siglo XV. En Roma, hacia 1480, encontrándose en la ladera de una de las colinas del Esquilino, alguien accidentalmente descubrió allí una especie de gruta cubierta de sorprendentes pinturas que se remontaban a la Antigüedad. Inicialmente el lugar se confundió con las Termas de Tito.
Oculto y abandonado durante casi mil años bajo el monte Oppio, frente al Coliseo, el lugar en cuestión era la Domus Aurea, complejo palaciego construido por el emperador romano Nerón tras el gran incendio del año 64 EC y que, según Plinio, llegó oportunamente a ser decorado por el pintor predilecto del emperador, Fabulus.[1] Realizadas en pintura y estuco sobre parietales y cielorrasos abovedados de cámaras y corredores, tales decoraciones pertenecen a lo que se da por llamar el Cuarto Estilo de la Pintura Pompeyana, caracterizado por ser expresión cabal de la fantasía del artista, quien abandona la tradicional imitación de la realidad circundante y formula un novedoso mundo visual. En la pintura romana, legado de Fabulus es la creación y el desarrollo del Estilo Fantasía.
Para visitar las estancias había que penetrar a través de estrechas aberturas excavadas entre las ruinas de antiguos edificios, incluyendo ellos también las termas de Trajano. Luego se caminaba varios metros a través de tierra acumulada sobre el suelo de las cámaras de la Domus Aurea y se podía entonces admirar, a cierta distancia y a la luz de las antorchas, el principal atractivo del palacio: su refinada decoración con motivos fantásticos cubriendo los parietales y las bóvedas.
Poco después de haber sido descubiertas las decoraciones de la Domus Aurea, los artistas más notables de la época visitaron los recintos y corredores de la Domus Aurea, donde tomaron apuntes de sus originalísimos diseños, a los que gradualmente introdujeron en su propia obra. Entre esos pintores caben ser mencionados Pinturicchio, Ghirlandaio y Rafael. En Roma, Rafael se destacó por el desarrollo de pinturas y decoraciones a la grotesca en las Logias Papales del Palacio Apostólico del Vaticano, entre 1515 y 1519.[2]
Un rasgo singular de la Domus Aurea es que una vez que Nerón se hubo suicidado, y para borrar todo trazo del mismo, sus sucesores enterraron literalmente la Domus Aurea, cosa que dio lugar una especie de colina en plena Roma. Luego de descubierta la supuesta "gruta", es decir, esa de especie de cueva subterrána artificial por la que se accedía a los remanentes de los recintos palaciegos neronianos, las decoraciones renacentistas denominadas grotescas, dado que su inspiración provenía de lo que entonces se conocía como la "gruta" (it. grotta).[3]
Las salas a las que tuvieron acceso fueron relativamente escasas, pero su identificación ha sido fundamental para determinar las primeras pinturas que los artistas del Renacimiento copiaron y estudiaron.
Fue posible reconstruir el recorrido de aquellos primeros exploradores por medio de las descripciones conservadas, los apuntes y las reproducciones de los frescos, así como de los grafitos grabados en las bóvedas o pintados con el tizne de las antorchas junto a los orificios por los que penetraban. En la parte oriental de la Domus Aurea, la llamada Sala de la Bóveda de los Estucos fue una de las más visitadas. En ella se situó erróneamente el hallazgo del Laocoonte, el gran conjunto escultórico helenístico que en realidad había aparecido en un viñedo próximo, junto a las ruinas de la cisterna de las termas de Trajano. Numerosos grafitos y diversas perforaciones en las bóvedas demuestran que también se visitó la Sala Octogonal, junto a las cinco habitaciones abiertas a ella, así como la sala de la Bóveda Dorada y el Criptopórtico. Mientras que la Bóveda de los Estucos se destacaba por la geometría de su composición, subrayada por molduras de estuco, la Bóveda Dorada causaba admiración por sus dimensiones monumentales y su asombrosa policromía. Desde finales del siglo XV se hicieron también incursiones en la parte occidental del palacio. Esta sección estaba decorada con un estilo más libre, con fondos de colores diversos sobre los que se disponían seres fantásticos y aves. En el Codex Escurialensis, un cuaderno de apuntes atribuido a un discípulo de Ghirlandaio, se conserva la reproducción de algunos detalles de la Bóveda de los Búhos, la Bóveda Amarilla y la Bóveda Negra. Los artistas del Cinquecento también copiaron motivos aislados de diferentes bóvedas del palacio neroniano y los utilizaron para la decoración de pilastras y frisos. El repertorio se fue enriqueciendo paulatinamente con la incorporación de grifos, centauros, tritones, todos ellos inspirados en los seres fantásticos no más que sugeridos con pinceladas rápidas y poco definidas que figuraban en los frescos de la Domus Aurea.[4]
Hasta el día de hoy la lengua italiana emplea la palabra grottesca para referirse a las decoraciones inspiradas por aquellas descubiertas en la mencionada gruta artificial, en tanto que el castellano posee tanto grutesca como grotesca.
La figura grotesca suele consistir en un motivo visual inventado por el artista y que mezcla en sí elementos provenientes de orígenes diversos o de reinos que la naturaleza mantiene estrictamente divorciados. Se trata de una creación en cuya base descansa el capricho o antojo de su creador.
Las decoraciones grutescas comprenden frescos y estucos donde figuran ricos motivos vegetales entrelazados, amorcillos, mascarones, seres mitológicos y fantásticos. Este tipo de decoración incorpora también la disposición de motivos a modo de un candelabro y, cuando enmarcada en un panel rectangular alargado, se la denomina decoración a candelieri.
La Real Academia Española entiende por grutesco todo aquello perteneciente o relativo a la gruta o estancia subterránea artificial, pero también se refiere específicamente al adorno "de bichos, sabandijas, quimeras y follajes",[5] o sea, un ornamento de naturaleza híbrida, fruto de la imaginación artística y que por ello difícilmente posea equivalente alguno en la naturaleza.
El primer historiador del arte de Occidente, Giorgio Vasari, se refiere a aquellas antiguas decoraciones neronianas en los siguientes términos:
Según Vasari, quien tenía la imaginación más desbordante era de hecho el más apto y capacitado para realizar composiciones a la grutesca. Con todo, el propio Vasari llega a admitir que "la verdad es que [...] son obras alegres de verse."[7]
En esas pinturas Vasari percibe frescura, belleza y calidad.
Chastel da cuenta que "entre los elementos más originales de las decoraciones encontradas en el Esquilino se encontraba un conjunto de pequeños recuadros figurando pinturas que atrajeron rápidamente la atención: unos paisajes en miniatura, pintados con pinceladas vivas que constituían una especie de medallones «figurativos» colocados en medio de la retícula lineal. En ellos se podían ver las siluetas de los dioses, faunos, pequeños templos en miniatura, escenas de sacrificio..., un repertorio completo de temas religiosos o idílicos, a escala reducida, pero de carácter ligero y agradable. Estos paisajitos fueron los que inspiraron la decoración de los baños [Stufetta] del Vaticano y del Castillo de Sant'Angelo, las reconstrucciones «all'antica», que confirmaban la estrecha relación que existía entre los grutescos y la fábula, lo que resultaba sumamente atractivo para el esnobismo «paganizante» del Renacimiento."[8]
Significativo en el caso de las decoraciones a la grotesca era su característico escape a todo tipo de explicación racional, su variedad y rareza, así como su apariencia insólita, donde se reflejaba por sobre todo la imaginación liberada. Como conjunto, sus motivos expresaban el "sueño de la pintura" y daban así lugar a motivos sin nombre y un género imposible de ser clasificado: "los grutescos tienen el encanto inconsistente de los sueños" y "se pueden utilizar para animar con sus tenues tramas la desnudez de las bóvedas, dando a las casas una nota alegre muy apreciable."[9]
La gran variedad de motivos desarrollados por Rafael y sus discípulos fue sumamemente exitosa y proporcionó un amplio repertorio de elementos que luego sirvió de base para un sinnúmero de decoraciones a la grutesca.[10] Gracias al empleo y refinamiento de la técnica del grabado, los fundamentos de la decoración a la grotesca lograron divulgarse a través de impresos tanto por Italia como por toda Europa.
Desde que tal difusión comenzó a partir del siglo XVI, la ornamentación a la grotesca se expandió y fue implementada en prácticamente todas las artes decorativas.
Detalle de cielorraso de la Domus Aurea, con motivos híbrido-grutescos Impreso pintado a mano, siglo XVIII
Item de serie de grabados coloreados a mano, confeccionados a partir de relevamiento de la Domus Aurea realizado por Vincezo Brenna, Francesco Smuglewicz y Marco Carloni en 1774; imagen publicada como parte de Vestigia delle Terme di Tito e Loro Interne Pitture, 1776-78 (Giornale Nuovo). Las reproducciones de los frescos de la Domus Aurea en los grabados realizados por Vincenzo recuperaron el gusto por los grutescos, que sirvieron entonces de inspiración para decorar los palacios neoclásicos de Europa.
Del grutesco al Grotesco
Aunque se conocían algunos restos de la pintura imperial romana, emplazados tanto en el Coliseo como en la Villa de Adriano en Tívoli, la magnificencia de los frescos y estucos de la Domus Aurea cautivó a los artistas italianos del Quattrocento y Cinquecento. El impacto fue tal que surgió un nuevo estilo pictórico: el grotesco.
Debido a su origen subterráneo, los trabajos de la Domus Aurea fueron llamados grutescos, mas su intrínseco doble-filo llegó eventualmente a cambiar el sentido del término: las decoraciones renacentistas no fueron meras resurrecciones grutescas y gracias al seminal aporte de los artistas italianos renacentistas y manieristas que se llegó a manifestar un nuevo género plástico, al que hoy denominamos grotesco y que de hecho constituye una de las más significativas categorías estéticas de la Historia del Arte. Tal noción es vigente particularmente hoy, en nuestros muy revueltos tiempos veintiunescos.
Mariano Akerman
Notas
1. Plinio el Viejo, Historia natural (siglo I EC.), libro XXXV (Tratado sobre la Pintura y el Color), cap. XXXVII: "Fuit et nuper gravis ac severus idemque floridis tumidus pictor Fabullus. [...] Pausis diei horis pingebat id quoque cum gravitate, quod semper togatus, quamquam in machinis. Carcer eius artis domus aurea fuit, et ideo non extant exempla alia magnopere." El término latino tumidus posee significados tales como "arrogante", "rebelde" y "excelente". Fabulus se destacó por sus trabajos en la técnica del fresco, la que demanda una considerable rapidez de ejecución y un trazo seguro y decidido. La obra de Fabulus se caracteriza por la maravillosa unidad de sus composiciones y su delicadeza preciosista. Según Plinio: "Recientemente vivió el pintor Fabullus de estilo grave y serio pero al mismo tiempo brillante y fluido. [...] Pintaba pocas al día y lo hacía con suma gravedad, siempre revestido de toga, incluso cuando estaba en el andamiaje. La Domus Aurea fue la cárcel de su arte y esa es la razón principal de que no queden más obras de este pintor" (Plinio, Textos de la Historia del Arte, ed. Esperanza Torrego, Madrid: Visor, 1987, p. 111; Beatriz Fernández Ruiz, De Rabelais a Dalí: la imagen grotesca del cuerpo, Universitat de València, 2004, pp. 21-22; consistente con la versión francesa).
2. Ubicadas en el segundo piso del Palacio Apostólico Vaticano, las logias de Rafael constituyen una especie de balcón cubierto o espacio abovedado que es soportado por pilares y pilastras. Funciona a modo de corredor, encontrándose abierto en uno de sus lados. Las logias quedaron decoradas en 1519 en virtud del trabajo de Rafael y sus discípulos, entre quienes descolló Giovanni da Udine.
3. Acerca del término italiano grottesca (pl. grottesche) se refiere Benvenuto Cellini en su autobiografía, donde nota que el término se comenzó a utilizar inmediatamente luego del hallazgo, en 1480, de las abovedadas salas de la Domus Aurea, que habían permanecido sepultadas unos diez siglos (Vita di Benvenuto di Maestro Giovanni Cellini fiorentino, scritta, per lui medesimo, in Firenze, 1728). Daniela Lanciotti explica que para acceder a los recintos de la Domus Aurea fue necesario excavar no menos que cuarenta metros bajo tierra (Stile “a grottesca”: gusto equivoco e origini sotterranee, Parole a Colori, 28 de abril de 2017), cosa que ya de por sí justifica el empleo del término grotta por parte de los artistas italianos para referirse a la gruta artificial que inspiraría el subsecuente renacimiento de las decoraciones a la manera grutesca.
4. El palacio de Nerón, un museo oculto de pintura romana, National Geographic, España, sin fecha. Véase también Alfredo García, Domus Aurea, Algargos, 2014.
5. Diccionario de la Real Academia Española: Grutesco, ca.
6. Vite, Della pittura, XXVII: "Le grottesche sono una spezie di pittura licenziose e ridicole molto, fatte dagl'antichi per ornamenti di vani" (Edizione Giuntina e Torrentiniana); María Victoria Álvarez Rodriguez, El pensamiento arquitectónico en España del siglo XIX a través de las revistas artísticas del reinado isabelino, Ediciones Universidad de Salamanca, 2016, p. 608 n. 242.
7. Idem.
8. André Chastel, El grutesco, Madrid: Akal, 2001, p. 47.
9. Idem.
10. Entre los principales discípulos de Rafael se encuentran Giovanni da Udine, Giovan Francesco Penni, Giulio Romano, Perin del Vaga y Polidoro da Caravaggio. Las decoraciones a la grutesca fueron retomadas en la Villa Madama (1520-24) y más tarde en los apartamentos papales en Castel Sant'Angelo (1543-37); durante la segunda mitad del siglo XVI los hermanos Taddeo e Federico Zuccari trabajaron la decoración a la grotesca en el Palazzo di Caprarola. Y a mediados del siglo XVIII, con el descubrimiento de Pompeya y Herculano, se produjo una nueva renovación del estilo grutesco (Decorazione a grottesche).
Entre las características más notables del Palazzo Vecchio o Palazzo della Signoria, un lugar destacado ocupan las decoraciones a la grotesca. Considerando ese hito arquitectónico florentino, el siguiente artículo investiga qué se entiende por decoraciones a la grotesca y en qué exactamente consisten las mismas.
Las decoraciones a la grotesca del Palazzo Vecchio no surgieron de la nada y de hecho poseen un contexto histórico específico. Ellas fueron desarrolladas en Italia durante la segunda mitad del siglo XVI. Pertenecen a un período de crisis que corresponde a la último segmento del Renacimiento italiano y al que se conoce como Manierismo.
En Italia, el manierismo es un período de transición que se da entre el Renacimiento pleno y el Barroco, aproximadamente entre los años 1525 y 1600. Fue precisamente en tiempos del Renacimiento pleno que el arte occidental conoció una extraordinaria armonía y belleza en las artes y en la arquitectura gracias a la contribución de figuras tales como Leonardo da Vinci, Rafael Sanzio y Miguel Ángel Buonarroti.
Artista inspirado por el legado grecolatino y sumamente equilibrado, Rafael fue él mismo pionero del renacimiento de los motivos grotescos en el siglo XV. En Roma, hacia 1480, encontrándose en la ladera de una de las colinas del Esquilino, alguien accidentalmente descubrió allí una especie de gruta cubierta de sorprendentes pinturas que se remontaban a la Antigüedad. Inicialmente el lugar se confundió con las Termas de Tito.
Oculto y abandonado durante casi mil años bajo el monte Oppio, frente al Coliseo, el lugar en cuestión era la Domus Aurea, complejo palaciego construido por el emperador romano Nerón tras el gran incendio del año 64 EC y que, según Plinio, llegó oportunamente a ser decorado por el pintor predilecto del emperador, Fabulus.[1] Realizadas en pintura y estuco sobre parietales y cielorrasos abovedados de cámaras y corredores, tales decoraciones pertenecen a lo que se da por llamar el Cuarto Estilo de la Pintura Pompeyana, caracterizado por ser expresión cabal de la fantasía del artista, quien abandona la tradicional imitación de la realidad circundante y formula un novedoso mundo visual. En la pintura romana, legado de Fabulus es la creación y el desarrollo del Estilo Fantasía.
Para visitar las estancias había que penetrar a través de estrechas aberturas excavadas entre las ruinas de antiguos edificios, incluyendo ellos también las termas de Trajano. Luego se caminaba varios metros a través de tierra acumulada sobre el suelo de las cámaras de la Domus Aurea y se podía entonces admirar, a cierta distancia y a la luz de las antorchas, el principal atractivo del palacio: su refinada decoración con motivos fantásticos cubriendo los parietales y las bóvedas.
Sala de la Bóveda Dorada, Domus Aurea, Roma, c. 65-68 EC. |
Poco después de haber sido descubiertas las decoraciones de la Domus Aurea, los artistas más notables de la época visitaron los recintos y corredores de la Domus Aurea, donde tomaron apuntes de sus originalísimos diseños, a los que gradualmente introdujeron en su propia obra. Entre esos pintores caben ser mencionados Pinturicchio, Ghirlandaio y Rafael. En Roma, Rafael se destacó por el desarrollo de pinturas y decoraciones a la grotesca en las Logias Papales del Palacio Apostólico del Vaticano, entre 1515 y 1519.[2]
Rafael y Giovanni da Udine Detalle de pilastra compuesta con decoraciones grutescas Logias Papales, Palacio Apostólico Vaticano |
Un rasgo singular de la Domus Aurea es que una vez que Nerón se hubo suicidado, y para borrar todo trazo del mismo, sus sucesores enterraron literalmente la Domus Aurea, cosa que dio lugar una especie de colina en plena Roma. Luego de descubierta la supuesta "gruta", es decir, esa de especie de cueva subterrána artificial por la que se accedía a los remanentes de los recintos palaciegos neronianos, las decoraciones renacentistas denominadas grotescas, dado que su inspiración provenía de lo que entonces se conocía como la "gruta" (it. grotta).[3]
Jacques Andruet du Cerceau Dibujantes estudiando las ruinas de la Antigüedad, grabado, 1530 |
Las salas a las que tuvieron acceso fueron relativamente escasas, pero su identificación ha sido fundamental para determinar las primeras pinturas que los artistas del Renacimiento copiaron y estudiaron.
Fue posible reconstruir el recorrido de aquellos primeros exploradores por medio de las descripciones conservadas, los apuntes y las reproducciones de los frescos, así como de los grafitos grabados en las bóvedas o pintados con el tizne de las antorchas junto a los orificios por los que penetraban. En la parte oriental de la Domus Aurea, la llamada Sala de la Bóveda de los Estucos fue una de las más visitadas. En ella se situó erróneamente el hallazgo del Laocoonte, el gran conjunto escultórico helenístico que en realidad había aparecido en un viñedo próximo, junto a las ruinas de la cisterna de las termas de Trajano. Numerosos grafitos y diversas perforaciones en las bóvedas demuestran que también se visitó la Sala Octogonal, junto a las cinco habitaciones abiertas a ella, así como la sala de la Bóveda Dorada y el Criptopórtico. Mientras que la Bóveda de los Estucos se destacaba por la geometría de su composición, subrayada por molduras de estuco, la Bóveda Dorada causaba admiración por sus dimensiones monumentales y su asombrosa policromía. Desde finales del siglo XV se hicieron también incursiones en la parte occidental del palacio. Esta sección estaba decorada con un estilo más libre, con fondos de colores diversos sobre los que se disponían seres fantásticos y aves. En el Codex Escurialensis, un cuaderno de apuntes atribuido a un discípulo de Ghirlandaio, se conserva la reproducción de algunos detalles de la Bóveda de los Búhos, la Bóveda Amarilla y la Bóveda Negra. Los artistas del Cinquecento también copiaron motivos aislados de diferentes bóvedas del palacio neroniano y los utilizaron para la decoración de pilastras y frisos. El repertorio se fue enriqueciendo paulatinamente con la incorporación de grifos, centauros, tritones, todos ellos inspirados en los seres fantásticos no más que sugeridos con pinceladas rápidas y poco definidas que figuraban en los frescos de la Domus Aurea.[4]
Seres fantásticos en el Codex Escurialensis |
Hasta el día de hoy la lengua italiana emplea la palabra grottesca para referirse a las decoraciones inspiradas por aquellas descubiertas en la mencionada gruta artificial, en tanto que el castellano posee tanto grutesca como grotesca.
Dizionario della lingua italiana: Grottesca |
La figura grotesca suele consistir en un motivo visual inventado por el artista y que mezcla en sí elementos provenientes de orígenes diversos o de reinos que la naturaleza mantiene estrictamente divorciados. Se trata de una creación en cuya base descansa el capricho o antojo de su creador.
Grotteschi Palazzo Vecchio, Florencia |
Las decoraciones grutescas comprenden frescos y estucos donde figuran ricos motivos vegetales entrelazados, amorcillos, mascarones, seres mitológicos y fantásticos. Este tipo de decoración incorpora también la disposición de motivos a modo de un candelabro y, cuando enmarcada en un panel rectangular alargado, se la denomina decoración a candelieri.
Fabullus Motivos grotescos Estilo Fantasía siglo I EC. |
La Real Academia Española entiende por grutesco todo aquello perteneciente o relativo a la gruta o estancia subterránea artificial, pero también se refiere específicamente al adorno "de bichos, sabandijas, quimeras y follajes",[5] o sea, un ornamento de naturaleza híbrida, fruto de la imaginación artística y que por ello difícilmente posea equivalente alguno en la naturaleza.
Motivos híbridos floridos de la Domus Aurea Detalle de un grabado realizado en 1776 |
El primer historiador del arte de Occidente, Giorgio Vasari, se refiere a aquellas antiguas decoraciones neronianas en los siguientes términos:
El grutesco es una especie de pintura licenciosa y muy ridícula, empleada por los antiguos para la ornamentación de ambientes cuya naturaleza no requería otra clase de pinturas. Se representaban extravagancias de la naturaleza, abortos de monstruos, según el capricho y la fantasía del artista. Se ven así representaciones inverosímiles, como pesos enormes sostenidos por un hilo, un caballo con patas de hoja o bien un hombre con patas de grulla y un infinito número e figuras raras y animales fantásticos. A mayor despliegue de extravagancia por parte del artista, más elogio y admiración se le tributaba (Vite de' più eccellenti architetti, pittore et sculttori italiani, 1550).[6]
Según Vasari, quien tenía la imaginación más desbordante era de hecho el más apto y capacitado para realizar composiciones a la grutesca. Con todo, el propio Vasari llega a admitir que "la verdad es que [...] son obras alegres de verse."[7]
Motivos en detalle de un friso de la Domus Aurea |
En esas pinturas Vasari percibe frescura, belleza y calidad.
Fragmento de fresco parietal de la Domus Aurea |
Chastel da cuenta que "entre los elementos más originales de las decoraciones encontradas en el Esquilino se encontraba un conjunto de pequeños recuadros figurando pinturas que atrajeron rápidamente la atención: unos paisajes en miniatura, pintados con pinceladas vivas que constituían una especie de medallones «figurativos» colocados en medio de la retícula lineal. En ellos se podían ver las siluetas de los dioses, faunos, pequeños templos en miniatura, escenas de sacrificio..., un repertorio completo de temas religiosos o idílicos, a escala reducida, pero de carácter ligero y agradable. Estos paisajitos fueron los que inspiraron la decoración de los baños [Stufetta] del Vaticano y del Castillo de Sant'Angelo, las reconstrucciones «all'antica», que confirmaban la estrecha relación que existía entre los grutescos y la fábula, lo que resultaba sumamente atractivo para el esnobismo «paganizante» del Renacimiento."[8]
Rafael, Sufetta del cardinal Bibbiena, 1516 Palacio Apostólico Vaticano |
Giovanni da Udine, Bagnetto de Clemente VII Médici, 1525 Castel Sant'Angelo, Roma |
Significativo en el caso de las decoraciones a la grotesca era su característico escape a todo tipo de explicación racional, su variedad y rareza, así como su apariencia insólita, donde se reflejaba por sobre todo la imaginación liberada. Como conjunto, sus motivos expresaban el "sueño de la pintura" y daban así lugar a motivos sin nombre y un género imposible de ser clasificado: "los grutescos tienen el encanto inconsistente de los sueños" y "se pueden utilizar para animar con sus tenues tramas la desnudez de las bóvedas, dando a las casas una nota alegre muy apreciable."[9]
Rafael, Logetta del cardenal Bibbiena, 1516-17 Palacio Apostólico Vaticano |
La gran variedad de motivos desarrollados por Rafael y sus discípulos fue sumamemente exitosa y proporcionó un amplio repertorio de elementos que luego sirvió de base para un sinnúmero de decoraciones a la grutesca.[10] Gracias al empleo y refinamiento de la técnica del grabado, los fundamentos de la decoración a la grotesca lograron divulgarse a través de impresos tanto por Italia como por toda Europa.
Marco Dente (basado en Rafael) Media Figura (Grotesco) Grabado ornamental, inicio del siglo XVI |
Veneziano (Agostino di Musi), Grotesco, 1530. Grabado con color aplicado a mano Herzog Anton-Ulrich Museum, Braunschweig |
Enea Vico: Panel ornamental grotesco Grabado por Tomaso Barlacchi, 1541 British Museum, Londres |
Configuraciones grotescas [por ¿Vico?] |
Étienne Delaune, Grotesco ornamental, grabado, siglo XVI. |
Desde que tal difusión comenzó a partir del siglo XVI, la ornamentación a la grotesca se expandió y fue implementada en prácticamente todas las artes decorativas.
Ejemplos diversos de decoraciones a la grotesca |
Grabado coloreado a mano por Volpato & Ottaviani (a partir de dibujos de Camporesi & Savorelli Teseo), Le Loggie di Rafaele nel Vaticano, Roma, 1772-77. |
Detalle de cielorraso de la Domus Aurea, con motivos híbrido-grutescos Impreso pintado a mano, siglo XVIII
Item de serie de grabados coloreados a mano, confeccionados a partir de relevamiento de la Domus Aurea realizado por Vincezo Brenna, Francesco Smuglewicz y Marco Carloni en 1774; imagen publicada como parte de Vestigia delle Terme di Tito e Loro Interne Pitture, 1776-78 (Giornale Nuovo). Las reproducciones de los frescos de la Domus Aurea en los grabados realizados por Vincenzo recuperaron el gusto por los grutescos, que sirvieron entonces de inspiración para decorar los palacios neoclásicos de Europa.
Del grutesco al Grotesco
Y la nave va... Fastina lente | Apúrate con cautela Cielorraso por Vasari Marco da Faenza Palazzo Vecchio, Florencia |
Aunque se conocían algunos restos de la pintura imperial romana, emplazados tanto en el Coliseo como en la Villa de Adriano en Tívoli, la magnificencia de los frescos y estucos de la Domus Aurea cautivó a los artistas italianos del Quattrocento y Cinquecento. El impacto fue tal que surgió un nuevo estilo pictórico: el grotesco.
Alessandro Allori Motivo grotesco en Galleria degli Uffizi, Florencia |
Debido a su origen subterráneo, los trabajos de la Domus Aurea fueron llamados grutescos, mas su intrínseco doble-filo llegó eventualmente a cambiar el sentido del término: las decoraciones renacentistas no fueron meras resurrecciones grutescas y gracias al seminal aporte de los artistas italianos renacentistas y manieristas que se llegó a manifestar un nuevo género plástico, al que hoy denominamos grotesco y que de hecho constituye una de las más significativas categorías estéticas de la Historia del Arte. Tal noción es vigente particularmente hoy, en nuestros muy revueltos tiempos veintiunescos.
Mariano Akerman
Capricho en estilo pinturesco |
Notas
1. Plinio el Viejo, Historia natural (siglo I EC.), libro XXXV (Tratado sobre la Pintura y el Color), cap. XXXVII: "Fuit et nuper gravis ac severus idemque floridis tumidus pictor Fabullus. [...] Pausis diei horis pingebat id quoque cum gravitate, quod semper togatus, quamquam in machinis. Carcer eius artis domus aurea fuit, et ideo non extant exempla alia magnopere." El término latino tumidus posee significados tales como "arrogante", "rebelde" y "excelente". Fabulus se destacó por sus trabajos en la técnica del fresco, la que demanda una considerable rapidez de ejecución y un trazo seguro y decidido. La obra de Fabulus se caracteriza por la maravillosa unidad de sus composiciones y su delicadeza preciosista. Según Plinio: "Recientemente vivió el pintor Fabullus de estilo grave y serio pero al mismo tiempo brillante y fluido. [...] Pintaba pocas al día y lo hacía con suma gravedad, siempre revestido de toga, incluso cuando estaba en el andamiaje. La Domus Aurea fue la cárcel de su arte y esa es la razón principal de que no queden más obras de este pintor" (Plinio, Textos de la Historia del Arte, ed. Esperanza Torrego, Madrid: Visor, 1987, p. 111; Beatriz Fernández Ruiz, De Rabelais a Dalí: la imagen grotesca del cuerpo, Universitat de València, 2004, pp. 21-22; consistente con la versión francesa).
2. Ubicadas en el segundo piso del Palacio Apostólico Vaticano, las logias de Rafael constituyen una especie de balcón cubierto o espacio abovedado que es soportado por pilares y pilastras. Funciona a modo de corredor, encontrándose abierto en uno de sus lados. Las logias quedaron decoradas en 1519 en virtud del trabajo de Rafael y sus discípulos, entre quienes descolló Giovanni da Udine.
3. Acerca del término italiano grottesca (pl. grottesche) se refiere Benvenuto Cellini en su autobiografía, donde nota que el término se comenzó a utilizar inmediatamente luego del hallazgo, en 1480, de las abovedadas salas de la Domus Aurea, que habían permanecido sepultadas unos diez siglos (Vita di Benvenuto di Maestro Giovanni Cellini fiorentino, scritta, per lui medesimo, in Firenze, 1728). Daniela Lanciotti explica que para acceder a los recintos de la Domus Aurea fue necesario excavar no menos que cuarenta metros bajo tierra (Stile “a grottesca”: gusto equivoco e origini sotterranee, Parole a Colori, 28 de abril de 2017), cosa que ya de por sí justifica el empleo del término grotta por parte de los artistas italianos para referirse a la gruta artificial que inspiraría el subsecuente renacimiento de las decoraciones a la manera grutesca.
4. El palacio de Nerón, un museo oculto de pintura romana, National Geographic, España, sin fecha. Véase también Alfredo García, Domus Aurea, Algargos, 2014.
5. Diccionario de la Real Academia Española: Grutesco, ca.
6. Vite, Della pittura, XXVII: "Le grottesche sono una spezie di pittura licenziose e ridicole molto, fatte dagl'antichi per ornamenti di vani" (Edizione Giuntina e Torrentiniana); María Victoria Álvarez Rodriguez, El pensamiento arquitectónico en España del siglo XIX a través de las revistas artísticas del reinado isabelino, Ediciones Universidad de Salamanca, 2016, p. 608 n. 242.
7. Idem.
8. André Chastel, El grutesco, Madrid: Akal, 2001, p. 47.
9. Idem.
10. Entre los principales discípulos de Rafael se encuentran Giovanni da Udine, Giovan Francesco Penni, Giulio Romano, Perin del Vaga y Polidoro da Caravaggio. Las decoraciones a la grutesca fueron retomadas en la Villa Madama (1520-24) y más tarde en los apartamentos papales en Castel Sant'Angelo (1543-37); durante la segunda mitad del siglo XVI los hermanos Taddeo e Federico Zuccari trabajaron la decoración a la grotesca en el Palazzo di Caprarola. Y a mediados del siglo XVIII, con el descubrimiento de Pompeya y Herculano, se produjo una nueva renovación del estilo grutesco (Decorazione a grottesche).
Panel con mascarón grotesco en la Domus Aurea |
Imaginarium y el grotesco italiano
Domus Aurea
Estilo fantasía de la antigua Roma
La grottesca
Grotteschi
Sogni dei pittori
Raphael: The Vatican Loggia
Palazzo Vecchio
Salviati and the Green Studio
La tradition des grotesques
Maniérisme
L'écriture des grotesques
Imaginarium sobre el grotesco ornamental
Encyclopédie Larousse
Grotesque in the Visual Arts
Painters and Poets Alike
Ornamental Prints
Grotesque as Structure
Artists & Entries
Grotesquerías online
Asunto de doble-filo Giovanni da Udine Detalle grotesco en decoración al fresco Villa Farnesina, Roma |
Recursos adicionales
Grutesco
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Grotescos en frescos
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