Conferencia de Mariano Akerman presentada en el ciclo educativo "Sueños de artistas e imaginación en el arte"
Inspirado por los grutescos pintados en Italia, Lucas Kilian desarrolló una serie de trece láminas con paneles grotescos recurriendo a la técnica del aguafuerte. Tales imágenes figuran en su volumen titulado Newes Gradesca Büchlein (Nuevo librito de grotescos), publicado en Ausburgo, Alemania, en 1607.[1]
Realizados en estilo extravagante, los adornos de Kilian retoman los seres híbridos y quiméricos provenientes de la grotta y cultivados por sus colegas italianos durante los siglos XV y XVI, sin olvidarse de incluir en sus profusas composiciones una profusión de elementos absurdos, ridículos, vulgares y chabacanos.
Lucas (Lukas) Kilian (1579-1637). Pintor, dibujante y grabador alemán. Trabajó en el campo de la impresión para el editor Domenicus Custos. Kilian estuvo durante tres años en Italia, sobre todo en Venecia, pero pasó casi toda la vida en su ciudad natal, Ausburgo.
Los grabados de Kilian, que miden aproximadamente 19 x 14 cm cada uno, son preservados y raramente exhibidos en el Rijksmuseum de Ámsterdam y el British Museum de Londres.
2. Nacimiento de Venus en entorno bien grotesco. |
2.1 Medias-figuras |
2.3. Figuras híbridas y macacos |
4. Noble andrógino, opulenta con máscaras, grotescos, estudiosos y vejestorio pedorrero. |
6. Venus y Cupido rodeados por pavo real, centuriones sirviendo unas copas, sátiros portando canastos con frutos y conduciendo dos carros ornamentales. |
7. Hércules en lucha contra Anteus, sobre león atacando un toro, todos rodeados por bichos grotescos. |
8. Baco sentado bajo la parra e involucrando articulación y varias figuras grotescas. |
9. Venus y Adonis, en plena fellatio, son rodeados por cabales motivos de cacería. |
10. El globo con la bóveda celeste y un grotesco andamiaje no carente de personajes también grotescos. |
11. Grotesco el festejo y grotesco el desfile |
12. Cauteloso tratamiento íntimo y rimbombante introducción del Elefante Blanco |
13. Carro triunfal con prisonero, babuinos e híbridos Tira del carro un sátiro alado. |
Como bien supone Peacay, el trabajo es representativo de cierto punto en la evolución del grotesco europeo.[2] la importancia de la contribución de Kilian radica en ser el novedoso eslabón que une al grotesco manierista con su par barroco. En efecto, la obra de Kilian es el punto de transición entre el grotesco manierista latino y el grotesco auricular o cartilaginoso que se desarrolla en el norte europeo durante el siglo XVII e implica un considerable ablandamiento de las formas y su subsecuente disolución.
Los ornamentos grabados en el Newes Gradesca Büchlein son netamente manieristas en carácter. Bastante diferente es el corte de sus pares publicados en 1624, cuya naturaleza es mucho más barroca. Los diseños tardíos de Kilian fueron incorporados en su Newe Gradisco Buech (Nuevo libro de grotescos), preservado en el Victoria & Albert Museum de Londres. Se trata de una docena de láminas con diseños para rejas, todas ellas marcadamente simétricas e involucrando una muy sobria interacción entre bandas o cintas ondulantes, a las que comunmente se conoce como arabescos, y motivos híbrido-grotescos, ahora ya bastante subidos de peso y coexistiendo con rechonchos querubines barrocos. Lo interesante de los arabescos de Kilian es que ellos, a diferencia de sus predecesores, no son meramente abstractos,[3] sino que insinúan materia orgánica cartilaginosa. Debido a ello, en el caso de Kilian, es apropiado hablar de arabescos cartilaginosos.
Portada del Newe Gradisco Buech, 1624 Diseños de Lucas Kilian, publicados por Raphael Custos |
Friso con diseño en groto-arabesco cartilaginoso |
Parte considerable de los restantes diseños son de corte serio y algo más pesado. En ellos la presencia de la simetría parece volverse aburrida y convencional.
Arabesco cartilaginoso y motivos grotescos |
Arabescos semi-abstractos y Santo Niño |
La colección de diseños ornamentales del Newe Gradisco Buech incluye también un grabado dedicado a los Cuatro Elementos y cuatro más dedicados cada uno de ellos a las Estaciones del Año. Las figuras alegóricas y querubines que figuran en ellos presentan todos considerable sobrepeso e indudablemente pertenecen al estilo barroco. En estos trabajos, donde el claroscuro gradualmente asume un papel destacado, las fguras barrocas son combinadas con motivos grotescos, arabescos y otros tantos de naturaleza mixta pero cuyo origen se remonta por lo menos al Newes Gradesca Büchlein de 1607.
Los Cuatro Elementos Tierra, Agua, Aire y Fuego |
Primavera |
Verano |
Otoño |
Invierno |
Entre Manierismo y Barroco
Como modo estilístico, el grotesco reemergió de los recintos subterráneos en Roma en 1480 y subsecuentemente llegó a ser verdadero recurso expresivo a lo largo de todo el siglo XVI, en todas las artes ornamentales y particularmente en lo que concierne a la decoración de interiores. La difusión de la estética grotesca fue posible gracias al perfeccionamiento de la técnica del grabado. A los puntos más distantes llegaron los impresos con la seminal imaginería de I sogni dei pittori y así Europa toda aprendió acerca del valor expresivo de lo grotesco y rápidamente lo adoptó.
Marco Dente, a partir de Rafael Grotesco, grabado ornamental, principios del siglo XVI |
El grotesco cultivado por Rafael Sanzio había sido un asunto sumamente bien equilibrado, donde hasta los bichos más híbridos ejercían un irresistible encanto sobre el espectador. Fue durante la segunda mitad del siglo XVI que lo grácil cedió terreno a lo que ya no lo es tanto. Así, los manieristas se interesaron no tanto en crear armonías a través de lo grotesco, sino que se embelezaron con lo tensamente caprichoso.
Motivo grotesco de un grabado manierista, segunda mitad del siglo XVI |
Entre 1545 y 1563, contra el exceso reaccionó el Concilio de Trento, cuyas disposiciones sentaban las bases para una imaginería eclesiástica unívoca en su contenido y respetuosa para con todos aquellos ligados a la santidad. Sin embargo, lo estipulado por el Concilio tomó su buen tiempo en surtir efecto y, además, ello afectó sobre todo al entorno eclesiástico, en tanto que en los marcos seculares la actitud fue por lo general de mayor tolerancia.
El caso de la obra de Kilian es particularmente interesante, dado que es en ella precisamente que tiene lugar una decisiva mutación del grotesco ornamental. Dicha transformación es prueba contundente que el grotesco no desaparece después del Manierismo, pasado ya el siglo XVI, sino que sufre una metamorfosis y es por medio de ella que logra sobrevivir durante el Barroco del siglo XVII (e incluso a lo largo del Rococó dieciochesco).
A través de sus estampas en Newes Gradesca Büchlein de 1607, Kilian se zambulle en un mundo complicado y caprichoso, pero también uno asombroso y encantador. Es un mundo muy rebuscado y rico en adornos, donde el artista da muestra clara de su amplio conocimiento del vocabulario grotesco proveniente del manierismo italiano y al cual él no duda en aplicarle su toque personal. Allí, las composiciones son generalmente simétricas, pero difícilmente tediosas: todo el tiempo Kilian inserta aquí o allá algo que rompe la monotonía de la obra y le aporta una frescura fantástica que él frecuentemente expresa en muy estudiados juegos de asimetría. A ello se le suman aristocráticos grotescos mitológicos y también grotesquerías populares, generalmente toscas, bien ordinarias. En pocas palabras, Kilian construye en ese "Librito" un verdadero caos ordenado, que sostiene admirablemente con sofisticados andamiajes filiformes.
Kilian, Newes Gradesca Büchlein, 1607 |
En su Newe Gradesca Buech de 1624, Kilian intenta preservar al menos parte de su repertorio grotesco ornamental. Trabaja con híbridos y asimetrías, aunque gradualmente ellos parecerían abandonar su obra. Los andamiajes filiformes se vuelven más sólidos, tridimensionales y pesados, porque el artista cultiva ahora el arabesco cartilaginoso, al que no tarda en agregarle efectos de claroscuro y someterlo a estrictas simetrías. Resignadas, las estilizadas mediafiguras aladas quedan subordinadas a tediosos querubines rechonchos. Las demás figuras adquieren proporciones netamente opulentas y barrocas. La inventiva del autor se ajusta así a las nuevas pautas que rigen el siglo XVII. Y su arte es reflejo de ello.
Kilian, Newe Gradesca Buech, 1624 |
El fascinante mundo inicial se transforma. Adquiere cuerpo, peso y claroscuro. Se vuelve casi redundante. Pero incluso desde la agonía propia de toda metamorfosis, Kilian no abandona a sus grotescos. En los últimos grabados que les dedica a las Estaciones del Año, los grotescos siguen aún presentes en composiciones cautelosas pero deliberadamente caprichosas, y a las que el artista articula en virtud de lo híbrido, lo vulgar y lo cartilaginoso, asuntos bien grotescos todos ellos y sobre los que Kilian sigue dando cátedra hasta el día de hoy.
Mariano Akerman
Kilian, "Primavera", 1624 |
Notas
1. Lucas Kilian, Newes Gradesca Büchlein, Augsburg, 1607. Etchings, from a series of thirteen plates with grotesque panels.
2. Peacay, Kilian Grotesque Ornament, BibliOdyssey, 22 de octubre de 2012.
3. Peter Ward-Jackson, "Some Main Streams and Tributaries in European Ornament from 1500 to 1750," Victoria & Albert Museum Bulletin, 1967; Misteraitch, Tales of the Arabesque, Giornale Nuovo, 6 de junio de 2007.
4. Imagen presentada por quien escribe en su conferencia Baroque: Catholic Art in Counter-Reformation Times, Universidad Bar-Ilan, Ramat Gan, Departmento de Historia, 22 de enero de 2017.
Groto-arabesco cartilaginoso |
Recursos
Kilian at Rijksmuseum
Álbum Ornamental Grotesques
Rijksstudio Collections
European Ornamental Prints
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