.
Grotesco como arte visual. El término "grotesco" deriva del italiano grottesco (de las grutas). El sentido original de la palabra hace referencia a un estilo extravagante del antiguo arte decorativo romano que fue redescubierto e imitado en Italia en el siglo XV. Se descubrieron en esa época varias "cuevas" decoradas, que, según se supo después, eran en realidad recintos de la Domus Aurea, el complejo palaciego que el emperador Nerón hizo mandó construir tras el gran incendio de Roma en el año 64. Se llamó también grotesco al arte inspirado en la decoración de esas supuestas grutas, que se caracterizaba por la presencia de figuras absurdas, ridículas e imposibles, así como también por la profusión de adornos y motivos ornamentales en forma de bichos, sabandijas, quimeras y follajes (grutescos).
Teatralidad grotesca. El dramaturgo italiano Luigi Pirandello utilizó el término como sustantivo para su propio estilo teatral que refleja una realidad cómica y trágica a la vez.
En el Río de la Plata (Argentina y Uruguay) se llama del mismo modo al teatro derivado del sainete y el vodevil. El primero es un tipo de representación de comienzos del siglo XX que muestra la vida de los inmigrantes en los inquilinatos conventillos y la retrata en términos caricaturescos afines a la sorna con que los criollos solían ver a los europeos llegados en oleadas desde 1880 en adelante.[1] Se hacinaban en cuartos baratos, teniendo por lo general que compartir el patio común al que daban los mismos. La pieza más destacada del sainete es El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza, cuyo escenario es precisamente el patio de un inquilinato. Alrededor de 1920, el dramaturgo y director teatral Armando Discépolo introdujo un giro dramático y sombrío en el enfoque de esos ambientes y creó lo que él mismo llamó "grotesco criollo." Se trata de un sincrético subgénero drámatico cultivado en Argentina y en cuyo seno confluyen el grotesco italiano y el sainete criollo, junto con el espíritu del teatro por horas español. Obras de Discépolo, tales como Mustafá, Giácomo, Babilonia, Stéfano, Cremona y Relojero (estrenadas entre 1921 y 1934) son en esencia agridulces e tuvieron gran influencia sobre autores posteriores (Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Carlos Gorostiza y Griselda Gambaro).
El grotesco teatral está emparentado con el esperpento, forma dramático-crítica creada por el español Ramón del Valle Inclán y presente en sus obras Luces de bohemia (1920-4), Los cuernos de don Friolera (1921-5) y Martes de carnaval: Esperpentos (1930) .[2] Según Valle Inclán, el esperpento intenta mostrar la realidad en un espejo distorsionante, para provocar la reflexión del espectador. Su poética esperpéntica implica una distorsión sistemática de la realidad. Ella es retratada en términos grotescos, que persistentemente aluden a la decadencia, la miserabilidad y el sinsentido que el autor detecta como rasgos sobresalientes de la Restauración borbónica en España, a la que él mismo declaradamente percibe como una realidad deforme.[3]
Grotesco rioplatense. En principio se refiere al estilo teatral concebido por Discépolo. No obstante, el grotesco criollo ha cruzado la frontera del teatro y se detecta en el cine,[4] para también reaparecer en el campo de las artes visuales. Así, los híbridos, la exageración agridulce y el humor de doble-filo, todos ellos tan propios de lo Grotesco (género y categoría estética) no resultan para nada ajenos al arte criollo cultivado, por ejemplo, por Quino, Fontanarrosa y Nine. En Buenos Aires, una vuelta a los motivos grutescos propiamente dichos tiene lugar en el filete porteño,[5] que fue desarrollado desde hace ya más de un siglo y se ha fortalecido en estos últimos años.
Notas
1. Algunos de los autores de sainetes eran sin embargo hijos de esos inmigrantes. En sus obras el lenguaje reproduce el habla ítalo-criolla, mezclada con el lunfardo y términos vulgares. Las oleadas inmigratorias estaban formadas por españoles, italianos, hebreos del este europeo, sirio-libaneses y otros.
2. "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida [...] solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. [...] Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. [...] La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas" (Max Estrella, protagonista de Luces de Bohemia, escena XII). Otras ideas de Valle-Inclán: "Las imágenes más bellas son absurdas en un espejo cóncavo" y "El ciego se entera mejor de las cosas del mundo, los ojos son unos ilusionados embusteros" (véase Luces de Bohemia).
3. Según el DRAE, esperpento es un "hecho grotesco o desatinado," si bien en su sentido específico, el término designa al estilo literario creado por Valle Inclán y que se caracteriza por la deformación grotesca de la realidad puesta al servicio de una implícita crítica de la sociedad ("Esperpento," Wikipedia, accedida 10.11.2009). Dicho estilo teatral fue inspirado por los espejos de un bar madrileño al que Valle Inclán era asiduo. La fachada de dicho bar poseía espejos cóncavos y convexos que deformaban la figura de todo aquel que se encontrara frente a ellos. Así, la deformación exagerada de la realidad podía ser sorprendentemente desconcertante (como lo era para los transeúntes), pero además, a nivel metafórico, podía también ser considerada como manifestación crítico-social (delicia para un escritor rebelde como lo era Valle-Inclán). A través de su obra esperpéntica, Valle-Inclán distorsiona la realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella. Para ello recurre a la parodia, humaniza objetos y animales, y animaliza o cosifica a los humanos (personajes carentes de humanidad y presentados como marionetas). Tales características, junto a la degradación de los personajes, el abuso del contraste, la mezcla del mundo real y la pesadilla, la deformación sistemática de la realidad (caricaturizada en apariencia, pero de intención satírica y moralista), junto con la presencia constante de la muerte como protagonista, vinculan claramente al Esperpento con lo Grotesco.
4. Comedia negra del grotesco criollo o rioplatense, Esperando la carroza es una película de 1985, con referentes en la pieza teatral homónima de 1962. El film es una sátira amarga de la Argentina de los años '70, que pone en evidencia la incompresión, la falta de solidaridad y la hipocresía para con el prójimo. Es por eso que le aclara un personaje a otro: "Vos tenés una pobreza digna. [...] Una miseria digna" (Esperando la carroza, ver YouTube).
5. El fileteado porteño es un arte decorativo y popular, típico de Buenos Aires. Etimológicamente, "filete" proviene del latín fillum, que significa hilo; el filete es en principio una línea fina ornamental de gran valor expresivo (Analia Salaverría, Cómo trabajar con filete porteño, MailxMail, 5.12.2006). Puede el filete ser de corte decorativo-comunitario (ejecutado sobre medios de transporte u otros objetos), publicitario (carteles y afiches con fines comerciales) o independiente (obra de arte autónoma, l'art pour l'art). Entre los motivos visuales notables del filete criollo se encuentran los híbridos. Pegaso, sirena y tritón son algunos de ellos y tienen sus respectivos referentes en la mitología greco-romana. El filete porteño presenta también figuras grotescas en las que la planta y el animal coexisten y se combinan hasta llegar eventualmente a constituir una verdadera paradoja visual o unidad mixta. Mientras que el primer tipo de figuras es importante en la obra de León Untroib, el segundo es desarrollado por Santos Maschen. Para una mayor discusión, ver Fileteado en Wikipedia, Taller de Fileteado Porteño e Imágenes en Taringa.
Grotesco como arte visual. El término "grotesco" deriva del italiano grottesco (de las grutas). El sentido original de la palabra hace referencia a un estilo extravagante del antiguo arte decorativo romano que fue redescubierto e imitado en Italia en el siglo XV. Se descubrieron en esa época varias "cuevas" decoradas, que, según se supo después, eran en realidad recintos de la Domus Aurea, el complejo palaciego que el emperador Nerón hizo mandó construir tras el gran incendio de Roma en el año 64. Se llamó también grotesco al arte inspirado en la decoración de esas supuestas grutas, que se caracterizaba por la presencia de figuras absurdas, ridículas e imposibles, así como también por la profusión de adornos y motivos ornamentales en forma de bichos, sabandijas, quimeras y follajes (grutescos).
Teatralidad grotesca. El dramaturgo italiano Luigi Pirandello utilizó el término como sustantivo para su propio estilo teatral que refleja una realidad cómica y trágica a la vez.
En el Río de la Plata (Argentina y Uruguay) se llama del mismo modo al teatro derivado del sainete y el vodevil. El primero es un tipo de representación de comienzos del siglo XX que muestra la vida de los inmigrantes en los inquilinatos conventillos y la retrata en términos caricaturescos afines a la sorna con que los criollos solían ver a los europeos llegados en oleadas desde 1880 en adelante.[1] Se hacinaban en cuartos baratos, teniendo por lo general que compartir el patio común al que daban los mismos. La pieza más destacada del sainete es El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza, cuyo escenario es precisamente el patio de un inquilinato. Alrededor de 1920, el dramaturgo y director teatral Armando Discépolo introdujo un giro dramático y sombrío en el enfoque de esos ambientes y creó lo que él mismo llamó "grotesco criollo." Se trata de un sincrético subgénero drámatico cultivado en Argentina y en cuyo seno confluyen el grotesco italiano y el sainete criollo, junto con el espíritu del teatro por horas español. Obras de Discépolo, tales como Mustafá, Giácomo, Babilonia, Stéfano, Cremona y Relojero (estrenadas entre 1921 y 1934) son en esencia agridulces e tuvieron gran influencia sobre autores posteriores (Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Carlos Gorostiza y Griselda Gambaro).
El grotesco teatral está emparentado con el esperpento, forma dramático-crítica creada por el español Ramón del Valle Inclán y presente en sus obras Luces de bohemia (1920-4), Los cuernos de don Friolera (1921-5) y Martes de carnaval: Esperpentos (1930) .[2] Según Valle Inclán, el esperpento intenta mostrar la realidad en un espejo distorsionante, para provocar la reflexión del espectador. Su poética esperpéntica implica una distorsión sistemática de la realidad. Ella es retratada en términos grotescos, que persistentemente aluden a la decadencia, la miserabilidad y el sinsentido que el autor detecta como rasgos sobresalientes de la Restauración borbónica en España, a la que él mismo declaradamente percibe como una realidad deforme.[3]
Grotesco rioplatense. En principio se refiere al estilo teatral concebido por Discépolo. No obstante, el grotesco criollo ha cruzado la frontera del teatro y se detecta en el cine,[4] para también reaparecer en el campo de las artes visuales. Así, los híbridos, la exageración agridulce y el humor de doble-filo, todos ellos tan propios de lo Grotesco (género y categoría estética) no resultan para nada ajenos al arte criollo cultivado, por ejemplo, por Quino, Fontanarrosa y Nine. En Buenos Aires, una vuelta a los motivos grutescos propiamente dichos tiene lugar en el filete porteño,[5] que fue desarrollado desde hace ya más de un siglo y se ha fortalecido en estos últimos años.
Notas
1. Algunos de los autores de sainetes eran sin embargo hijos de esos inmigrantes. En sus obras el lenguaje reproduce el habla ítalo-criolla, mezclada con el lunfardo y términos vulgares. Las oleadas inmigratorias estaban formadas por españoles, italianos, hebreos del este europeo, sirio-libaneses y otros.
2. "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida [...] solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. [...] Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. [...] La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas" (Max Estrella, protagonista de Luces de Bohemia, escena XII). Otras ideas de Valle-Inclán: "Las imágenes más bellas son absurdas en un espejo cóncavo" y "El ciego se entera mejor de las cosas del mundo, los ojos son unos ilusionados embusteros" (véase Luces de Bohemia).
3. Según el DRAE, esperpento es un "hecho grotesco o desatinado," si bien en su sentido específico, el término designa al estilo literario creado por Valle Inclán y que se caracteriza por la deformación grotesca de la realidad puesta al servicio de una implícita crítica de la sociedad ("Esperpento," Wikipedia, accedida 10.11.2009). Dicho estilo teatral fue inspirado por los espejos de un bar madrileño al que Valle Inclán era asiduo. La fachada de dicho bar poseía espejos cóncavos y convexos que deformaban la figura de todo aquel que se encontrara frente a ellos. Así, la deformación exagerada de la realidad podía ser sorprendentemente desconcertante (como lo era para los transeúntes), pero además, a nivel metafórico, podía también ser considerada como manifestación crítico-social (delicia para un escritor rebelde como lo era Valle-Inclán). A través de su obra esperpéntica, Valle-Inclán distorsiona la realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella. Para ello recurre a la parodia, humaniza objetos y animales, y animaliza o cosifica a los humanos (personajes carentes de humanidad y presentados como marionetas). Tales características, junto a la degradación de los personajes, el abuso del contraste, la mezcla del mundo real y la pesadilla, la deformación sistemática de la realidad (caricaturizada en apariencia, pero de intención satírica y moralista), junto con la presencia constante de la muerte como protagonista, vinculan claramente al Esperpento con lo Grotesco.
4. Comedia negra del grotesco criollo o rioplatense, Esperando la carroza es una película de 1985, con referentes en la pieza teatral homónima de 1962. El film es una sátira amarga de la Argentina de los años '70, que pone en evidencia la incompresión, la falta de solidaridad y la hipocresía para con el prójimo. Es por eso que le aclara un personaje a otro: "Vos tenés una pobreza digna. [...] Una miseria digna" (Esperando la carroza, ver YouTube).
5. El fileteado porteño es un arte decorativo y popular, típico de Buenos Aires. Etimológicamente, "filete" proviene del latín fillum, que significa hilo; el filete es en principio una línea fina ornamental de gran valor expresivo (Analia Salaverría, Cómo trabajar con filete porteño, MailxMail, 5.12.2006). Puede el filete ser de corte decorativo-comunitario (ejecutado sobre medios de transporte u otros objetos), publicitario (carteles y afiches con fines comerciales) o independiente (obra de arte autónoma, l'art pour l'art). Entre los motivos visuales notables del filete criollo se encuentran los híbridos. Pegaso, sirena y tritón son algunos de ellos y tienen sus respectivos referentes en la mitología greco-romana. El filete porteño presenta también figuras grotescas en las que la planta y el animal coexisten y se combinan hasta llegar eventualmente a constituir una verdadera paradoja visual o unidad mixta. Mientras que el primer tipo de figuras es importante en la obra de León Untroib, el segundo es desarrollado por Santos Maschen. Para una mayor discusión, ver Fileteado en Wikipedia, Taller de Fileteado Porteño e Imágenes en Taringa.
Recursos
Bajtin, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de François Rabelais, trad. Julio Forcat, Madrid: Alianza, 1988.
Echevarría, Roberto González, y Enrique Pupo-Walker, eds. The Cambridge History of Latin American Literature, Nueva York: Cambridge UP, 1996, Vol. 2: The Twentieth Century.
Genovese, Alfredo. Fileteado Porteño, Bs. As., 1999-2009, http://www.fileteado.com.ar/
Kuryluk, Ewa. Salome and Judas in the Cave of Sex - The Grotesque: Origins, Iconography, Techniques, Evanston, Illinois: Northwestern UP, 1987.
Pellettieri, Osvaldo. El sainete y el grotesco criollo: del autor al actor, Buenos Aires: Galerna, 2008.
Robira, Javier González. "Valle-Inclán y El Esperpento," documento sin fechar, http://www.xtec.cat/~fgonza28/valle%20y%20esperpento.html
Sánchez, J.M. González-Serna, y Carmen Laffón. "Luces de Bohemia," Ramón María del Valle-Inclán (grotesco personaje), España: Callejón del Gato (Aula de Letras), 2007, http://www.auladeletras.net/valle-inclan/luces.htm
Véase también: Recauchutando el Esperpento