25.7.17

Deformación esperpéntica

por Mariano Akerman

Goya y Lucientes: Vieja comiendo sopa
Detalle de Pintura Negra, 1819-25

ESPERPENTO
1 Persona, cosa o situación notable por su fealdad, ridiculez, desaliño o mala apariencia; sinónimo de desagradable.
2 Cosa mal hecha o mamarracho.
3 Disparate, desatino, grotesco.
4 Deformación que recarga la dimensión grotesca de la realidad. También el género literario teatral desarrollado por Ramón del Valle-Inclán y que se caracteriza por producir una deformación sistemática de la realidad, magnificando sus rasgos grotescos y absurdos; en Luces de Bohemia: Esperpento (1920), Valle-Inclán compara la estética del esperpento con los efectos producidos por espejos cóncavos y convexos de los que resultan imágenes deformadas.
Definición a partir de nociones provistas por María Moliner, Diccionario didáctico del español, Madrid, 1993; Justo Fernández-López,"Esperpento", en: Diccionario de lingüística y ciencias afines | Lexikon der Linguistik unter Berücksichtigung der Nachbardisziplinen, Innsbruck 1999; Pons, Wörterbuch für die berufliche Praxis, Stuttgart, Düsseldorf, Leipzig: Ernst Klett Verlag, 2000; DRAE, 22ª edición, 2001.

Thoughts on My Plate
Escultura cerámica por Anna Barlow, Gran Bretaña, 2012

Esperpento es el nombre del género literario creado por Ramón del Valle-Inclán en el que se deforma sistemáticamente la realidad, recargando sus rasgos grotescos y absurdos (DRAE, 19ª edición, 1970). La deformación grotesca de la realidad era compatible con la intención crítica de Valle, quien sentía desprecio por la sociedad española de principios del siglo XX.



Como género dramático, el esperpento hace su aparición en 1920 con la obra Luces de Bohemia: Esperpento. Por su parte, la deformación de la realidad tiene en el caso de Valle su fuente de inspiración en dos espejos que se hallaban colocados sobre la fachada de una ferretería madrileña de la calle Álvarez Gato (el «callejón del Gato» de Luces de Bohemia). Tales espejos, uno cóncavo y el otro convexo, deformaban la figura de todo aquel que posase frente a ellos. La imagen deformada bien podía ser divertida, como de hecho lo era para los transeúntes, pero también podía hablar de un espejo social, una crítica, una deformación exagerada de la realidad que podría simbolizar la verdadera imagen de la decadente sociedad madrileña de la época.

André Kertész, Distorsión, fotografía, 1933

TÉRMINOS EMPARENTADOS CON ESPERPENTO
Definiciones a partir de nociones provistas por el DRAE, 22ª edición, 2001.

ESPERPÉNTICO. Perteneciente o relativo al esperpento. Ejemplo: El que de un huevo perforado por un clavo emane sangre es una imagen surreal y esperpéntica.


ESPERPENTIZAR. Convertir cualquier aspecto de la realidad en algo esperpéntico. Ejemplo: Francis Bacon sentía una irresistible inclinación por esperpentizar sistemáticamente los rasgos de sus seres queridos, cosa que se verifica en su pequeño tríptico "Tres estudios para retrato de George Dyer", ejecutado en los años '60.

Bacon, Tres estudios para retrato de George Dyer, 1960s

ESPERPENTISMO. 1 Tendencia a plasmar en la obra artística una visión deformada y grotesca de la realidad. 2 Efecto de esperpentizar. Ejemplo: El esperpentismo de Goya y Lucientes en "Comiendo sopa" y el esperpentismo de Quevedo en “A una nariz”:

Goya, Comiendo sopa, 1819-25

Érase un hombre a una nariz pegado.
Érase una nariz superlativa.
Era Ovidio Nasón más narizado.
Las doce tribus de narices era.

Francisco de Quevedo: "A una nariz"

ESPERPENTO COMO GROTESCO TEATRAL

El grotesco teatral le debe no poco al esperpento, forma dramático-crítica creada por el español Ramón del Valle Inclán y presente en sus obras Luces de bohemia (1920-4), Los cuernos de don Friolera (1921-5) y Martes de carnaval: Esperpentos (1930).

Declara Max Estrella, protagonista de Luces de Bohemia: "Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. [...] España es una deformación grotesca de la civilización europea. [...] Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas. [...] La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas" (escena XII).



Según Valle Inclán, el esperpento intenta mostrar la realidad en un espejo deformante, para provocar la reflexión del espectador. Su poética esperpéntica implica una distorsión sistemática de la realidad: ella es retratada en términos grotescos, que aluden persistentemente a la decadencia, la miserabilidad y el sinsentido que el autor detecta como rasgos sobresalientes de la Restauración borbónica en España, a la que él mismo declaradamente percibe como una realidad deforme y que a su vez desprecia.

Entrevistado por Gregorio Martínez Sierra en 1928, Valle-Inclán dice que él mira el mundo desde un plano superior y considera a los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de ironía. "Los dioses se convierten en personajes de sainete. Esta es una manera muy española, manera de demiurgo, que no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muñecos". Valle-Inclán nota que el esperpento, tal como lo ve él, tiene sus precedentes artísticos y estéticos en la literatura de Francisco de Quevedo y en la pintura de Francisco de Goya. "Esta consideración es la que me movió a dar un cambio en mi literatura y a escribir los "esperpentos", el género literario que yo bautizo con el nombre de "esperpentos". En el mundo de los "esperpentos" -explica uno de los personajes de Luces de Bohemia- es como si los héroes antiguos se hubiesen deformado en los espejos cóncavos de la calle, con un transporte grotesco, pero rigurosamente geométrico. Y estos seres deformados son los héroes llamados a representar una fábula clásica no deformada. Son enanos y patizambos que juegan una tragedia" (Valle-Inclán en conversación con Martínez Sierra, reproducida en Diario ABC, 7 de diciembre de 1928).

A través de su obra esperpéntica, Valle-Inclán distorsiona la realidad para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella. Para ello recurre a la parodia, humaniza objetos y animales, y animaliza o cosifica los humanos (personajes carentes de humanidad o presentados como marionetas). Tales características, junto a la degradación de los personajes, el abuso del contraste, la mezcla del mundo real y la pesadilla, la deformación sistemática de la realidad (caricaturizada en apariencia, pero de intención satírica y moralista) vinculan al Esperpento con lo Grotesco.

ARTE Y ESPERPENTO

Partiendo del aporte de Valle-Inclán es posible sostener que imagen deformada de la realidad es aquella que involucra una distorsión que magnifica o aumenta, preferentemente de modo sistemático, la dimensión grotesca de dicha realidad.

Uno de los interrogantes que plantea la creación esperpéntica es si la misma constituye una imagen deformada de la realidad o si ella es imagen fidedigna de una realidad deforme.[3]

En el caso del teatro de Valle-Inclán, especialmente en "Luces de Bohemia" (1924), lo representado es deformada imagen de la realidad y ella sistemática y metafóricamente evoca una realidad no evidente pero sí deforme.

En la pintura de Francis Bacon titulada "Figura yacente en espejo" (1971), por otra parte, percibimos una figura deformada que se refleja en un espejo probablemente ordinario. La imagen deformada bien puede responder a una realidad deforme.

Francis Bacon: Figura yacente en espejo, 1971

El abanico de posibilidades expresivas desplegadas por el esperpento abarca composiciones que pueden remitirnos a una realidad mundial esperpéntica, tal como aquella tan tremenda que Armando Discépolo describe en su tango Cambalache (1934), o bien una realidad barrial esperpéntica, donde descolla la muy histriónica que retratan Alejandro Doria y Jacobo Langsner en la película Esperando la carroza (1985), y hasta incluso la realidad nacional esperpéntica, incurable y amarga, que es invocada por Fabián Bielinsky en otra película titulada Nueve reinas (2000). En todos estos casos lo grotesco va impregnado de un fuerte componente que nos resulta desagradable en tanto que involucra la falta de esperanza y un tipo de viveza aplicada a la impotencia, el abuso o la estafa.

Tute, Tenemos que hablar, Argentina, 2017

Tenemos que hablar es un caso donde el esperpento coincide con lo grotesco. Ello es expresado en una situación notable por su ridiculez, desaliño y mala apariencia; un caso donde la cosa mal hecha se ha vuelto una enormidad consistente con las desmesuras y excesos de lo grotesco; un disparate de proporciones monumentalmente grotesca; una deformación artística que magnifica jocosamente la dimensión problemática de la realidad de la vida en pareja.

Quino acerca de Tute: "Lo digo así, de sopetón: [...] La originalidad de sus ideas, el lenguaje de sus personajes, que va con natural fluidez de lo culto a lo popular según haga falta, su refinado sentido del humor, los atrapantes silencios que sabe crear entre cuadro y cuadro, hacen que, a mi entender, merezca el título de Maestro ya, a su temprana edad (bueno, ya tampoco tan temprana)."

Véase también
Algunos alcances del arte grotesco
Recauchutando el esperpento
André Kertész and Artistic Deformation

1 comment:

Susana Figueroa said...

Inquietud, investigación, comprensión de la obra artística y múltiples recursos que abarcan lo artístico, antropológico, psicológico, filosófico, histórico, y un sinnúmero de​ conocimientos, hablan de un gran artista, que se dedica a la comprender la evolución de la humanidad y su arte. Excelente trabajo.

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