Pau, Animalada, 2000 |
• Según el diccionario de la RAE:
grotesco, ca
(Del it. grottesco, der. de grotta, gruta).
1. adj. Ridículo y extravagante.
2. adj. Irregular, grosero y de mal gusto.
3. adj. Perteneciente o relativo a la gruta artificial.
4. adj. Arq. y Pint. grutesco (‖ dicho del adorno). U. t. c. s. m.
Por otra parte,
grutesco, ca
(Del it. grottesco, der. de grotta, gruta).
1. adj. Perteneciente o relativo a la gruta (‖ estancia subterránea artificial). Columna grutesca. Artífice grutesco.
2. (Porque imita los que se encontraron en las grutas, nombre con el que se conocen las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en Roma). adj. Arq. y Pint. Se dice del adorno caprichoso de bichos, sabandijas, quimeras y follajes. U. t. c. s. m.
• Dicho en otras palabras, grotesco sería:
I. Aquello que pertenece o es relativo a la gruta artificial y que es expresado plásticamente en términos de adorno
II. Lo ridículo y extravagante
III. Lo irregular, lo grosero y de mal gusto
• De un modo u otro, los siguientes casos, presentados en orden cronológico, responden a alguna o incluso a varias de las encima enumeradas acepciones de grotesco:
• Pero en los tiempos modernos, la imaginería grotesca se radicaliza y tiende a desafiar buena parte de las acepciones de grotesco provistas por el diccionario, particularmente aquella que se refiere a la noción de adorno:
A modo de conclusión. En su sentido tradicional, el término grotesco presenta una importante afinidad con el adorno. Como figura, el grotesco tradicional es artificial y antinatural. Suele además presentarse en términos de lo irregular, lo ridículo y lo extravagante; eventualente puede también adquirir acentos groseros y chabacanos. A partir de los tiempos modernos, lo grotesco pierde aspecto ornamental, mas no necesariamente su naturaleza híbrida ni su carácter excesivo. Con el advenimiento del grotesco moderno, las formas del grotesco tradicional continuarán siendo cultivadas, pero se dará una prevalecencia aquellas impregnadas por lo sumamente drástico y lo deliberadamente ambiguo.
Como categoría estética, lo Grotesco presenta entonces dos fases básicas: una es la del grotesco tradicional y la otra comprende al grotesco moderno. El grotesco tradicional hunde sus raíces en los tiempos inmemoriales y se desarrolla hasta casi el fin del siglo XVIII. Luego continuará, pero su papel en términos de Historia del Arte será de relativa importancia, ya que se tornará repetitivo e incluso redundante (tal como sucede con las decoraciones del período neoclásico y con no pocos de los adornos observables en el fileteado porteño). El grotesco moderno probablemente tenga en Los Caprichos de Goya sus orígenes, que se remontan hacia el fin del siglo XVIII. Es a partir de entonces que la presencia de lo grotesco no cesa de crecer en el arte, sino que, efectivamente, ocurre todo lo contrario. Los grotescos actuales ya casi nada tienen que ver con fantasías otrora expresadas en Roma, sino que constituyen improntas que aluden insistentemente a la condición del hombre moderno o contemporáneo. Además, se trata de una condición que de humana tiene bastante poco.
Dicho en otras palabras, en la historia de lo Grotesco hay un antes y un después de Goya: es él quien le da un significado completamente original al término capricho y establece a través de su arte una diferencia fundamental entre las dos fases en que se revuelve lo Grotesco.
grotesco, ca
(Del it. grottesco, der. de grotta, gruta).
1. adj. Ridículo y extravagante.
2. adj. Irregular, grosero y de mal gusto.
3. adj. Perteneciente o relativo a la gruta artificial.
4. adj. Arq. y Pint. grutesco (‖ dicho del adorno). U. t. c. s. m.
Por otra parte,
grutesco, ca
(Del it. grottesco, der. de grotta, gruta).
1. adj. Perteneciente o relativo a la gruta (‖ estancia subterránea artificial). Columna grutesca. Artífice grutesco.
2. (Porque imita los que se encontraron en las grutas, nombre con el que se conocen las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en Roma). adj. Arq. y Pint. Se dice del adorno caprichoso de bichos, sabandijas, quimeras y follajes. U. t. c. s. m.
• Dicho en otras palabras, grotesco sería:
I. Aquello que pertenece o es relativo a la gruta artificial y que es expresado plásticamente en términos de adorno
II. Lo ridículo y extravagante
III. Lo irregular, lo grosero y de mal gusto
• De un modo u otro, los siguientes casos, presentados en orden cronológico, responden a alguna o incluso a varias de las encima enumeradas acepciones de grotesco:
1. Pintura de la antigua Roma Frescos en estilo fantasía del Criptopórtico, sala 70 de la Domus Aurea, Roma, c. 65-68 E.C. |
2. Folio 160 de las Horas de Jeanne d'Évreux Manuscrito iluminado con plegarias, París, 1324-28 Metropolitan Museum of Art, Nueva York |
3. Leonardo da Vinci, Vieja grotesca, sanguina, c. 1480-1510 Colecciones Reales, Londres |
4. Rafael Sanzio y Giovanni da Udine Acanto y motivos grutescos de la pilastra IX de la Loggia Vaticana fresco, 1515-19 Palacio Apostólico, Roma |
4a. Rafael y Da Udine, Decoración grotesca, fresco, siglo XVI. |
4b. Rafael y Da Udine, Media-figura, 1515-19 |
4c. Rafael y Da Udine, Híbrido, 1515-19 |
5. Giorgio Vasari y asistente, Grotescos, fresco, 1550 Galleria degli Uffizi, Florencia |
6. Desprez, Les songes drolatiques de Pantagruel París, 1565 xilografía 21 Sueños de Pantagruel |
7. Archimboldo, Agua, óleo, 1566 Kunsthistorisches Museum, Viena |
8. Friedrich Unteutsch, Grotesco cartilaginoso, 1650 Grabado de Abraham Aubry |
9. Sólo un beso, pintura italiana, siglo XVII/XVIII |
10. Jean Bérain, Capricho, 1720 |
• Pero en los tiempos modernos, la imaginería grotesca se radicaliza y tiende a desafiar buena parte de las acepciones de grotesco provistas por el diccionario, particularmente aquella que se refiere a la noción de adorno:
11. Francisco de Goya y Lucientes "El sueño de la razón produce monstruos" Los Caprichos, Nº 43, Madrid, 1797-98 Aguafuerte y aguatinta |
12. Aubrey Beardsley, Bon Mots, tinta, 1893 |
13. Hans Bellmer, Muñeca, 1936 aluminio pintado Museo de Arte Moderno, Nueva York |
14. Salvador Dalí, Canibalismo en otoño, óleo, 1936 Tate Gallery, Londres |
15. Francis Bacon Detalle de Tres estudios para figuras al pie de una cricifixión c. 1944 |
16. Andreas Paul Weber, ¡Afuera la espina!, 1951 |
17. Quino (Joaquín Salvador Lavado) Sin título [Látigo al barrilete], tinta y aguada, c. 1971-73 Publicado en "Bien, gracias, ¿y usted?", Buenos Aires, 1976 |
18. Robert Gober, Sín título, 1982-92 Galería Matthew Marks, Nueva York |
19. Mano, sin fechar foto-manipulación e imagen digital |
20. Hermanos Chapman | Jake y Dinos Chapman Aceleración zygótica: modelo biogenético libidinoso desublimado, 1995 escultura de fibra de vidrio, resina y pintura |
21. Treu, Entusiasmo no es suficiente, UFO-Hawaii, 2007 |
22. Thomas Doyle, Pérdidas aceptables, 2008 |
23. Fantas-Porto, Publicidad para el 31° Festival Internacional del Cine de Horror, Oporto, 2011 |
A modo de conclusión. En su sentido tradicional, el término grotesco presenta una importante afinidad con el adorno. Como figura, el grotesco tradicional es artificial y antinatural. Suele además presentarse en términos de lo irregular, lo ridículo y lo extravagante; eventualente puede también adquirir acentos groseros y chabacanos. A partir de los tiempos modernos, lo grotesco pierde aspecto ornamental, mas no necesariamente su naturaleza híbrida ni su carácter excesivo. Con el advenimiento del grotesco moderno, las formas del grotesco tradicional continuarán siendo cultivadas, pero se dará una prevalecencia aquellas impregnadas por lo sumamente drástico y lo deliberadamente ambiguo.
24. Yuka Yamaguchi, Nuevo brote, lápiz color y bolígrafo, 2008 |
Como categoría estética, lo Grotesco presenta entonces dos fases básicas: una es la del grotesco tradicional y la otra comprende al grotesco moderno. El grotesco tradicional hunde sus raíces en los tiempos inmemoriales y se desarrolla hasta casi el fin del siglo XVIII. Luego continuará, pero su papel en términos de Historia del Arte será de relativa importancia, ya que se tornará repetitivo e incluso redundante (tal como sucede con las decoraciones del período neoclásico y con no pocos de los adornos observables en el fileteado porteño). El grotesco moderno probablemente tenga en Los Caprichos de Goya sus orígenes, que se remontan hacia el fin del siglo XVIII. Es a partir de entonces que la presencia de lo grotesco no cesa de crecer en el arte, sino que, efectivamente, ocurre todo lo contrario. Los grotescos actuales ya casi nada tienen que ver con fantasías otrora expresadas en Roma, sino que constituyen improntas que aluden insistentemente a la condición del hombre moderno o contemporáneo. Además, se trata de una condición que de humana tiene bastante poco.
25. Francisco de Goya y Lucientes "Todos Caerán", Los Caprichos, Nº 19 Aguafuerte y aguatinta |
Dicho en otras palabras, en la historia de lo Grotesco hay un antes y un después de Goya: es él quien le da un significado completamente original al término capricho y establece a través de su arte una diferencia fundamental entre las dos fases en que se revuelve lo Grotesco.
Recursos adicionales
La imagen grotesca del cuerpo
The Human Body in Modern Art
1 comment:
Este trabajo no tiene desperdicio: ¡es excelente! Muchísimas gracias, L.F.
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