Boilly, Los entendidos en arte, detalle de litografía, 1823-28 |
EL FACTOR GROTESCO ha sido el título de una exposición de arte que fue presentada en Palacio de Buena Vista, actualmente Museo Picasso de Málaga, entre octubre de 2012 y febrero de 2013.
El título de la muestra no hacía tanto referencia a una colección de obras evidentemente grotescas sino que invitaba al espectador a tomar en cuenta el factor grotesco que podía ser detectado en un conjunto de obras propuestas.
De haberse titulado la exposición ARTE GROTESCO indudablemente hubiese sido necesario abordar una definición de lo grotesco.
Mas los organizadores de la muestra se contentaron con agrupar obras donde un factor o ingrediente grotesco fuese de un modo u otro detectable.
Para ello explotaron la presencia de ciertos rasgos importantes y características propias de lo grotesco en las artes visuales.
Dado que la selección de las obras aparentemente fue hecha en función de algunos y no todos los rasgos o características de lo grotesco, la muestra terminó por incluir obras que no eran grotescas en el sentido estricto del término sino que pertencían a categorías estéticas sólo emparentadas con el mismo.[1]
La deformación, por ejemplo, es un factor común a no pocas obras grotescas y caricaturas en las que también figura muy a menudo. Con todo, la caricatura y el grotesco no son exactamente la misma cosa. No funcionan del mismo modo ni emplean las mismas estrategias. Tampoco tienen el mismo objetivo ni buscan producir reacciones idénticas en el espectador.
Haciendo uso de la exageración el artista de la caricatura puede tomarle el pelo a alguien y criticarlo ridiculizándolo.[2] Una caricatura puede ser divertida y a veces hasta incluso ácida en su humor. Mas el artista de lo grotesco suele tener una particular predilección por el humor negro.
La diferencia entre la caricatura y lo grotesco podría estar en la intensidad e implicancias de cada uno de ellos, resultando la caricatura ligera al ser comparada con la gravedad que conlleva lo grotesco.
La caricatura implicaría algo así como estamparle una torta de crema en la cara a alguien o bien hecharle un chorrito de limón en el ojo. Lo grotesco sería algo así como entrar dentro de un cuarto oscuro sin saber qué es lo que a uno allí le espera.
Así, la caricatura tenderá a producir una liberadora sonrisa de complicidad en el espectador, mientras que lo grotesco le permitirá expresar no más que una sonrisita nerviosa. Lo grotesco, explica Kayser, implica tener miedo no para con la muerte sino para con la vida (Lebensangst). Debido a ello, lo grotesco es una auténtica sopapa de la inseguridad.[3] Y esto no es en vano, ya que el artista de la caricatura sabe muy bien que el espectador conoce y reconocerá al individuo caricaturizado, es decir, que ante la caricatura el espectador se encontrará en un territorio que le resulta familiar. Tal cosa nunca sucederá de encontrarse el espectador ante una obra grotesca, pues lo extraño y la desfamiliarización son muy importantes para en el arte grotesco donde desorientar al espectador constituye uno de los propósitos fundamentales del artista que lo practica. Lo grotesco de hecho es lo familiar vuelto inquietante.
Y si bien todo lo explicado es cierto, de más está decir que existen casos límite, excepciones a la regla e incluso casos de naturaleza polémica.
Existiendo hoy una verdaderamente copiosa y muy respetable bibliografía acerca de lo grotesco resulta difícil justificar la razón de ser del título de la muestra en Málaga. No obstante es posible que el haberla denominado EL FACTOR GROTESCO no sea síntoma de desconocimiento del tema o pereza académica,[4] sino una tácita invitación a detectar, reconocer e incluso cuestionar el mencionado factor en las obras exhibidas. El título elegido resultaría así ser apropiado para una muestra en la que los organizadores no imponen nada sino que proponen al espectador algo así como un jugar a ser detectives y determinar qué es precisamente aquello que hace que un determinado trabajo sea o no grotesco.
Desde hacen ya más de cinco años existe un popular e inquietante programa titulado THE FEAR FACTOR (El factor miedo) y el haber relacionado de un modo más o menos implícito el título de la exposición en Málaga con el de ese conocido y ultra-provocativo programa de televisión pudo bien haber sido una estrategia útil para divulgar y promocionar la malagueña muestra.[5]
Más allá de que el título elegido haya sido o no una estrategia eficaz para promover la exposición, lo cierto es que el mismo presenta la virtud de SUGERIR un sinúmero de ideas y posibilidades.[6] Y esto es de por sí algo muy positivo ya que en el arte no existe un único factor grotesco a ser detectado sino que es posible descubrir toda una gama de factores grotescos en él.
Grotesco es de por sí un término de naturaleza compleja: uno que ya desde el vamos conlleva múltiples significados y presenta además numerosas metamorfosis así como también una considerable versatilidad a través de los tiempos.
Folleto de la muestra: anverso y reverso
Objeciones y descontentos
• El primer párrafo sostiene que la "exposición reúne obras realizadas durante los últimos quinientos años", pero la muestra de hecho incluía una escultura helenística proveniente del Louvre que contradice lo escrito en el folleto.
• Dado que la muestra y presenta "obras de artistas europeos y norteamericanos", el octavo párrafo pecaría de eurocentrismo al referirse luego a "la cultura europea" en vez de, por ejemplo, la cultura occidental.
• "El factor grotesco ... se propone como un recorrido por diversos campos de complejidad [...] de lo que se conoce como lo grotesco." La muestra no se propone como ningún recorrido, sino que propone un recorrido. Haciendo referencia a "diversos campos de complejidad de lo que [...] se conoce como lo grotesco" el texto cae en la vaguedad: ¿de qué campos habla? Desacertadamente, da por sentado que todo el mundo conoce de memoria qué es lo grotesco, cosa que constituye una presunción museológica grave: ¿qué es lo que todo el mundo conoce acerca de lo grotesco? Poco y nada. Y de haber sido considerada aquí la definición de "grotesco" proveniente de cualquier diccionario difícilmente hubiese quedado dua ninguna que lo grotesco de hecho puede ser muchas cosas y además bien distintas ellas.
• Inexplicablemente se considera lo grotesco como una "ambigüedad semántica", cuando lo grotesco es por otra parte también una ambigüedad sintáctica. Basta sólo con observar los seres híbridos que figuran en el edículo del panel ornamental de Enea Vico (exhibido en El factor grotesco) para darse cuenta de ello.
• Falta desarrollar el por qué se considera lo grotesco como una ambigüedad cultural. Tal idea emana del texto como una noción arbitraria e injustificada.
• Es cierto que lo grotesco se dan cita "el desprecio y la piedad, la risa y el llanto, la empatía y el escarnio, el espanto y la ternura, el rechazo y el abrazo", mas lo importante de hecho es el modo en que ambos componentes de cada uno de los pares mencionados aparecen ante los ojos del espectador, es decir, en simultaneidad. Y es precisamente en ello donde se manifiesta la ambigüedad que caracteriza a la obra grotesca.
• El segundo párrafo describe los orígenes de lo grotesco en las pinturas ornamentales de los romanos y menciona las "imágenes ingrávidas de seres híbridos" y "composiciones de arquitectura inverosímil", aunque sin ligar tales motivos y características a aquellos del grabado de Enea Vico (arriba ilustrado).
• El descubrimiento de las pinturas ornamentales cuyos motivos y características dieron lugar a lo grotesco no es una anécdota sino un hecho histórico y bien documentado. De él da cuenta, por ejemplo, Benvenutto Cellini en su autobiografía.
• La exploración y descubrimiento de las pinturas ornamentales en cuestión no tuvo lugar no "en la medianía del siglo XV" sino en 1480.
• "A partir de este hallazgo," lo grotesco se extendió por toda Europa. Es cierto. Pero falta aclarar, como explica Gombrich, que ello fue posible gracias al grabado que en ese entonces era desarrollado en el Viejo Continente y finalmente terminó por ser empleado y bien recibido por los europeos.
• Tercer párrafo: "Lo grotesco ... está fuera del espacio dicotómico que constituyen belleza y fealdad". Esto es lo mismo que decir que lo grotesco no tiene nada que ver con la escala de valores estéticos. Tamaña idea es sencillamente un sinsentido. En su Curso de Psicología, García Venturini posiciona lo grotesco entre lo bello y lo feo.[7] Y bien lo hace ya que lo grotesco no es ni bello ni feo, sino ambas cosas a la vez. Dicho en otras palabras, lo grotesco implica una manifestación compleja y paradójica, la expresión patente del fenómeno lo uno y lo otro en las artes visuales.
• Exhibidas en la muestra El factor grotesco, las obras siguientes parecen tener más que ver con la fealdad que con lo grotesco. Entendiendo en este caso por fealdad aquello que carece de belleza o ha sido realizado con torpeza.
• Al tener que ver con la idea de alienación y es fuente de considerable ambigüedad, el tema del desdoblamiento del yo puede en ciertos casos invocar lo grotesco. El individuo repetido genera ansiedad. Pero el tema del doble exige una duplicación de la misma persona, cosa que no necesariamente tendría lugar en el cuadro de Magritte exhibido en la muestra:
• Una golondrina no hace verano. Una caso aislado no es suficiente para alcanzar conclusiones de índole general. Para ello es preciso contar con una buena cantidad de pruebas y evidencia contundente. Ver una sola golondrina no prueba que ya es verano.
CARACTERIZACIÓN DE LO GROTESCO. Dejemos de lado la exposición para explorar ahora la naturaleza de lo grotesco. Tengamos es cuenta que, a través de la historia, lo grotesco es un fenómeno mutante y polivalente, uno que presenta gran versatilidad y que a raíz de ello es a su vez difícil de definir. La mayoría de los diccionarios, enciclopedias y escritos académicos suelen describirlo aunque sin llegar a caracterizarlo con propiedad ni proveer una definición cabal del mismo.
Tanto como categoría estética y como género artístico lo grotesco es un fenómeno mixto en el que se entremezclan elementos incompatibles tanto en la estructura de la obra como en la reacción del espectador. Así, por ejemplo, la hibridez y la metamorfosis figuran entre los temas frecuentemente abordados por lo grotesco. El desconcierto y la alienación, por otra parte, son algunas de las reacciones frecuentes que los espectadores experimentan ante la obra grotesca.
Dado que lo grotesco es un fenómeno extraño y auto-contradictorio, su naturaleza extravagante y paradójica suele generar en el espectador considerable inquietud y ambivalencia.
En mi tesis The Grotesque in Francis Bacon's Paintings (Lo grotesco en las pinturas de Francis Bacon, 1999), he determinado los rasgos del grotesco artístico considerando su desarrollo a partir del Romanticismo en adelante:
1. Tensión. Se da tanto en la obra como en la reacción del espectador. Lo grotesco se nos presenta como un fenómeno inusual y equívoco. Suele recurrir al factor sorpresa y a veces apela a la brusquedad. Desorienta. Lo grotesco rompe los moldes, infringe las normas, transgrede categorías. Celebra el exceso. Abre las válvulas de la inseguridad. Desestabiliza.
2. Unión de incompatibles. Lo grotesco es un fenómeno mixto. Puede así presentarse como extravagante y ridículo y ser simultáneamente risible y aterrador. Según John Ruskin todo grotesco posee dos componentes esenciales. Uno es terrible, el otro es lúdico. La dosificación de cada uno de esos componentes varía según el caso en cuestión, prevaleciendo entonces el uno o el otro.
Sin embargo, en determinados casos la configuración grotesca llega a presentar lo abismal perfectamente bien equilibrado con lo carnavalesco.
En sus estudios acerca de lo grotesco algunos académicos tales como Kayser y Bajtin focalizaron su atención sobre tal o cual componente de lo grotesco.[10] Para Kayser lo grotesco es la expresión de lo demoníaco en el mundo; para Bajtin algo que debe ser relacionado con los excesos del carnaval. Con todo, lo cierto es que en cada grotesco hay un poco de cada uno de tales aspectos. Thomson explica que, a diferencia de lo tragicómico -que es un fenómeno de alternacia-, lo grotesco implica simultaneidad: con lo tragicómico, sostiene, el mundo es por momentos o bien un valle de lágrimas o bien un circo; con lo grotesco se da algo mucho más grave, agrega Thomson, ya que lo grotesco presupone que en todo valle de lágrimas hay algo de risible y en todo circo es posible ver un valle de lágrimas.[11]
3. Insinuación de lo monstruoso o lo inhumano. Lo grotesco no presenta lo monstruoso sino que lo insinúa. No dice, sugiere.
En las artes visuales lo grotesco suele presentarse como una figura irreal, es decir una figura imposible y artificial, una que poco y nada tendría que ver con la realidad, si bien tangencialmente alude a ella.
La idea de Giordano Bruno sosteniendo que la imagen ficticia posee o conlleva su propia verdad es más que pertinente para la figura grotesca.[12]
No todo en la vida es precioso o abominable, existen casos intermedios. Y es por eso que García Venturini con justicia posiciona lo grotesco a medio camino entre lo bello y lo feo.
Lo grotesco es, si se quiere, un artificio estilístico significante que le permite al artista expresar un sinnúmero de sentires y saberes, todos ellos de doblefilo. Constituye entonces lo grotesco una paradoja visual o contradicción estructural que brinda una oportunidad para que se expresen las preocupaciones e inquietudes del hombre. Klauber tiene razón al ver en lo grotesco una sopapa de la inseguridad.
Es significativo que paralelamente a los valores de estabilidad y conformismo que la sociedad occidental promueve, se dé también el arte grotesco como reflejo de lo enunciado por Ortega y Gasset en cuanto a la condición humana: "sólo nos es segura la inseguridad".[13]
Más allá de su ser imposible, extravagante y artificial, lo grotesco constituye una de las conquistas más importantes de los artistas de todos los tiempos: la de poder expresar lo inexpresable.
Anticonvencional y anticlásico hasta la médula, lo grotesco se da como una verdadera válvula de escape en la historia del arte y logra romper las cadenas del artista quien, otrora esclavizado, solo debía imitar la naturaleza o la realidad circundante de modo mimético.[14]
Y aunque se trate de un fenómeno marginal, lo grotesco le permite al artista crear realidades nuevas, realidades que son tan o más interesantes que las existentes. Gracias a lo grotesco son también expresados sueños y pesadillas. "El sueño de la razón produce monstruos", escribía Goya, expresando la idea de que el sueño de la razón produce monstruos imposibles, pero cuando unido a ella es madre de las artes y de sus maravillas.[15] Son así tales contradicciones y caprichos finalmente visualizados y desde entonces admirados. Y, con todo, lo grotesco se remitirá siempre a sugerir e insinuar, llegando a ser un algo así como un sindecirdiciéndolo.
André Maurois escribió que el arte le da al hombre aquello que el mundo le niega, la unión de la contemplación y la paz.[16] Pero el arte también le otorga la posibilidad de poder expresar su realidad haciendo uso de lo grotesco.
Eduardo Capilla, Los problemas de hoy, Grey Argentina & Películas Cortitas, 2007
Inusual y sofisticado reflejo de la experiencia del hombre en el mundo, lo grotesco es fruto interesante y suculento. Ocupa un lugar destacado entre aquellos producidos el árbol de lo Imaginario.
—Mariano Akerman
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Notas
1. Quienquiera que consulte las definiciones de grotesco hoy disponibles, comprenderá rápidamente que se trata de un término sumamemente difuso y que bien puede referirse a ideas muy diferentes (cuando no opuestas).
2. Cuando la caricatura ridiculiza a un tipo social es conocida con el nombre de sátira. Hogarth desarrolló el arte de la sátira en Inglaterra en el siglo XVIII; Daumier cultivó la sátira en Francia en el siglo XIX. En el período de entre guerras los artistas europeos a menudo se expresaron recurriendo a sátira. Entre estos últimos George Grosz y Otto Dix hoy ocupan lugares destacados en la historia del arte.
3. Los conceptos expresados por Véronique Klauber en relación al grotesco literario son también válidos para el grotesco artístico: "Soupape de l'insécurité, le grotesque dans la littérature moderne ouvre les vannes d'un rire transformé en grimace sous la pression de l'angoisse ou du malaise, alors que la sensation d'insécurité et de l'oppression persiste chez l'écrivain et se répercute dans le public frissonnant. Sa charge comique ne suffit pas à une dénégation efficace, mais elle permet de réagir ; le grotesque apporte moins la catharsis que la confirmation de l'instabilité de tout.
Le grotesque sépare l'humanité en deux camps : à l'un appartiennent ceux qui veulent l'apprivoiser et le rapprochent de l'effet de contraste provoqué par deux sentiments ou deux catégories esthétiques opposés ; pour l'adoucir, ils le dissolvent dans un emploi adjectival du mot. Ils le rapprochent par exemple du fantastique et d'E. T. A. Hoffmann, citent Bakhtine avec ferveur pour assimiler le grotesque au carnavalesque, l'amalgament avec l'absurde à propos de Wolfgang Kayser, le confondent avec le burlesque et pensent à Jarry, ou encore se tournent vers Gadda qui, grâce au mélange baroque des dialectes et à l'expressivité « macaronique », pourrait accéder au grotesque. S'il est vrai que l'horreur et l'abjection sont des ingrédients indispensables du grotesque, elles n'appartiennent pour autant à aucun « ailleurs » : l'horreur est réalité et ne demande ni un effort d'imagination ni des fouilles préhistoriques. En cela, le grotesque moderne est à cent lieues des grottes creusées par les archéologues du xve siècle pour déterrer la Domus aurea de Néron, dont l'ornementation bizarre où s'enchevêtrent, dans un mouvement fantastique, les arabesques des végétaux, des animaux et des chimères, inspira la pittura grottesca de la Renaissance" (Encyclopédie Universalis).
4. En su reseña de enero de 2013, Kovalski describe en detalle las imprecisiones y arbitrariedades que ha detectado en el modo en que se presentaba y estructurada la muestra, criticando así el panel inicial de la misma ("Grotesco, me dije, ni siquiera saben cuántos creadores han reunido en la exposición"), el contenido del folleto que acompaña al visitante ("Empiezo a dudar de que alguien en el museo conozca qué demonios significa el factor grotesco"), e incluso el hilo conductor de la exposición, al que considera inconvincente dado que el mismo no fue "bien definido" y la colección de la muestra parece ser no más que "una simple recolección de obras variopintas" exhibidas en condición de agregado, sin que exista un criterio claro e incluso caprichosamente.
5. El título de ese programa televisivo, donde los participantes se exponen a innumerables pruebas peligrosas, es resemantizado en un artículo acerca de la otredad, los prejuicios y los estereotipos.
6. Esto no resultó ser del agrado de no pocos visitantes que esperaban encontrar una exposición montada a partir de una definición de lo grotesco. O sea, un evento específicamente didáctico, unoy que les aclarase sus dudas acerca de qué es lo grotesco, dado que el jugar a ser investigadores no era su papel sino el de los organizadores de la muestra. En su blog, Ismael Amaro aprecia el material exhibido pero a su vez se pregunta si la exposición ha conseguido su objetivo. Reconoce en la muestra hay obras que encajan bien en el contexto de lo grotesco y no obstante que también hay obras en las que, según él, se ha querido ver mucho más de lo que cada una en sí recoge. Kovalski por otra parte admite que en la muestra "lo grotesco se deja ver en algunas piezas" y "en otras se intuye". Y con todo, informa también que "en otras [tantas] no aparece por ningún lado", de modo tal que "en general la sensación que deja la exposición es [la] de [ser un] intento fallido".
7. Jorge García Venturini, Curso de Psicología (1959-60), 15ª ed., Buenos Aires: Troquel, 1972.
8. Acerca de esta imagen, véase Eric W. Weisstein, Rabbit-Duck Illusion, Wolfram MathWorld, accedido 10.5.2013. Recientemente el fenómeno lo uno y lo otro ha alcanzado dimensiones incluso taxidérmicas:
Patoconejo anglo-irlandés, configuración taxidérmica, 2010
Hasta donde el autor tiene conocimiento ninguno de los patoconejos aquí ilustrados fueron incluidos en la exposición El factor grotesco; ambos por otra parte son comparados por Susana Martinez-Conde en su blog, American Scientific, en mayo de 2013, es decir, sólo una vez que la muestra ya acabó.
9. El cuadro de Magritte puede presentar dos hombres de la alta sociedad, un individuo con su sombra, un hombre que piensa en una playa y otro que piensa en una foresta, etc. Aunque dual e indeterminado, el motivo representado por Magritte no es particularmente inquietante ni tampoco desestabilizador.
10. Véanse Wolfgang Kayser, The Grotesque in Art and Literature (Das Groteske: seine Gestaltung in Malerei und Dichtung, 1957), trad. Ulrich Weisstein, Bloomington: Indiana UP, 1963; y Mikhail Bakhtin, Rabelais and His World (1941), trad. Hélène Iswolsky, Bloomington and Indianapolis: Indiana UP, 1984, esp. pp. 303-67: "The Grotesque Image of the body and Its Sources".
11. Philip Thomson, The Grotesque, Londres: Methuen, 1972.
12. Giordano Bruno, De vinculis in genere, 1588-91: De vincibilibus in genere, Art. XXX, Vincibilis veritas: "habet enim sua species phantastica veritatem" (Jordani Bruni Nolani opera latine conscriptapta publicis sumptibus edita, Napoli: D. Morano, 1879-91, vol. 3, fol. 93v; Giordano Bruno, Os vínculos, trad. Elaine Santorelli, Sao Paulo: Hedra, 2012, p. 55: "a aparência fantástica tem sua verdade"; Roger Caillois, Au coeur du fantastique, Paris: Gallimard, 1965: "L'image fictive possède sa propre vérité").
13. "Ensimismamiento y alteración," Buenos Aires, 1939: "Rien ne m'est sûr que la chose incertaine. [...] La suerte de la cultura, el destino del hombre, depende de que en el fondo de nuestro ser mantengamos siempre vivaz esta dramática conciencia y, como un contrapunto murmurante en nuestras entrañas, sintamos bien que sólo nos es segura la inseguridad" ("El Hombre y la Gente", en Obras Completas de Ortega y Gasset, Madrid: Alianza Editorial-Revista de Occidente, 1983, vol. VII, p. 90).
14. Mímesis significa en griego "imitación".
15. Véase también la interpretación de Ayn Rand.
16. André Maurois, Carta abierta a un joven, 1967; citado en Buenos Aires, Universidad de Belgrano, Mariano Akerman: De cáscara y contenido, 1988: "El arte brinda al espíritu aquello que el mundo le niega—la unión de la contemplación y la paz."
Lo grotesco en las artes visuales
Imágenes de la colección personal de reproducciones de obras de arte grotesco del autor
Recursos adicionales
Bibliografía | WikiGrotesco | WikiGrotesque | GrotoMedia
SER Y NO SER | cf1 | cf2 | cf3
Acerca del presente trabajo
Idea, investigación y diseño: Mariano Akerman. Versión inicial: 12.5.2013
Advertencia legal. El texto de "A la búsqueda del factor grotesco" es propiedad intelectual de su autor y se incluye en el presente trabajo con objetivos educativos exclusivamente. Todos los derechos intelectuales y de publicación son propiedad del autor del presente trabajo. Queda prohibida su traducción y/o reproducción sin el previo consentimiento por escrito del autor. Todos los derechos reservados © Copyright 2013.
El título de la muestra no hacía tanto referencia a una colección de obras evidentemente grotescas sino que invitaba al espectador a tomar en cuenta el factor grotesco que podía ser detectado en un conjunto de obras propuestas.
De haberse titulado la exposición ARTE GROTESCO indudablemente hubiese sido necesario abordar una definición de lo grotesco.
Mas los organizadores de la muestra se contentaron con agrupar obras donde un factor o ingrediente grotesco fuese de un modo u otro detectable.
Para ello explotaron la presencia de ciertos rasgos importantes y características propias de lo grotesco en las artes visuales.
Dado que la selección de las obras aparentemente fue hecha en función de algunos y no todos los rasgos o características de lo grotesco, la muestra terminó por incluir obras que no eran grotescas en el sentido estricto del término sino que pertencían a categorías estéticas sólo emparentadas con el mismo.[1]
Curro González, Cartografía grotesca, 2012 |
La deformación, por ejemplo, es un factor común a no pocas obras grotescas y caricaturas en las que también figura muy a menudo. Con todo, la caricatura y el grotesco no son exactamente la misma cosa. No funcionan del mismo modo ni emplean las mismas estrategias. Tampoco tienen el mismo objetivo ni buscan producir reacciones idénticas en el espectador.
Haciendo uso de la exageración el artista de la caricatura puede tomarle el pelo a alguien y criticarlo ridiculizándolo.[2] Una caricatura puede ser divertida y a veces hasta incluso ácida en su humor. Mas el artista de lo grotesco suele tener una particular predilección por el humor negro.
La diferencia entre la caricatura y lo grotesco podría estar en la intensidad e implicancias de cada uno de ellos, resultando la caricatura ligera al ser comparada con la gravedad que conlleva lo grotesco.
La caricatura implicaría algo así como estamparle una torta de crema en la cara a alguien o bien hecharle un chorrito de limón en el ojo. Lo grotesco sería algo así como entrar dentro de un cuarto oscuro sin saber qué es lo que a uno allí le espera.
Así, la caricatura tenderá a producir una liberadora sonrisa de complicidad en el espectador, mientras que lo grotesco le permitirá expresar no más que una sonrisita nerviosa. Lo grotesco, explica Kayser, implica tener miedo no para con la muerte sino para con la vida (Lebensangst). Debido a ello, lo grotesco es una auténtica sopapa de la inseguridad.[3] Y esto no es en vano, ya que el artista de la caricatura sabe muy bien que el espectador conoce y reconocerá al individuo caricaturizado, es decir, que ante la caricatura el espectador se encontrará en un territorio que le resulta familiar. Tal cosa nunca sucederá de encontrarse el espectador ante una obra grotesca, pues lo extraño y la desfamiliarización son muy importantes para en el arte grotesco donde desorientar al espectador constituye uno de los propósitos fundamentales del artista que lo practica. Lo grotesco de hecho es lo familiar vuelto inquietante.
Y si bien todo lo explicado es cierto, de más está decir que existen casos límite, excepciones a la regla e incluso casos de naturaleza polémica.
Existiendo hoy una verdaderamente copiosa y muy respetable bibliografía acerca de lo grotesco resulta difícil justificar la razón de ser del título de la muestra en Málaga. No obstante es posible que el haberla denominado EL FACTOR GROTESCO no sea síntoma de desconocimiento del tema o pereza académica,[4] sino una tácita invitación a detectar, reconocer e incluso cuestionar el mencionado factor en las obras exhibidas. El título elegido resultaría así ser apropiado para una muestra en la que los organizadores no imponen nada sino que proponen al espectador algo así como un jugar a ser detectives y determinar qué es precisamente aquello que hace que un determinado trabajo sea o no grotesco.
Desde hacen ya más de cinco años existe un popular e inquietante programa titulado THE FEAR FACTOR (El factor miedo) y el haber relacionado de un modo más o menos implícito el título de la exposición en Málaga con el de ese conocido y ultra-provocativo programa de televisión pudo bien haber sido una estrategia útil para divulgar y promocionar la malagueña muestra.[5]
Más allá de que el título elegido haya sido o no una estrategia eficaz para promover la exposición, lo cierto es que el mismo presenta la virtud de SUGERIR un sinúmero de ideas y posibilidades.[6] Y esto es de por sí algo muy positivo ya que en el arte no existe un único factor grotesco a ser detectado sino que es posible descubrir toda una gama de factores grotescos en él.
Grotesco es de por sí un término de naturaleza compleja: uno que ya desde el vamos conlleva múltiples significados y presenta además numerosas metamorfosis así como también una considerable versatilidad a través de los tiempos.
Folleto de la muestra: anverso y reverso
Objeciones y descontentos
• El primer párrafo sostiene que la "exposición reúne obras realizadas durante los últimos quinientos años", pero la muestra de hecho incluía una escultura helenística proveniente del Louvre que contradice lo escrito en el folleto.
Cabeza de escultura helenística proveniente de Esmirna Musée du Louvre, París |
• Dado que la muestra y presenta "obras de artistas europeos y norteamericanos", el octavo párrafo pecaría de eurocentrismo al referirse luego a "la cultura europea" en vez de, por ejemplo, la cultura occidental.
• "El factor grotesco ... se propone como un recorrido por diversos campos de complejidad [...] de lo que se conoce como lo grotesco." La muestra no se propone como ningún recorrido, sino que propone un recorrido. Haciendo referencia a "diversos campos de complejidad de lo que [...] se conoce como lo grotesco" el texto cae en la vaguedad: ¿de qué campos habla? Desacertadamente, da por sentado que todo el mundo conoce de memoria qué es lo grotesco, cosa que constituye una presunción museológica grave: ¿qué es lo que todo el mundo conoce acerca de lo grotesco? Poco y nada. Y de haber sido considerada aquí la definición de "grotesco" proveniente de cualquier diccionario difícilmente hubiese quedado dua ninguna que lo grotesco de hecho puede ser muchas cosas y además bien distintas ellas.
• Inexplicablemente se considera lo grotesco como una "ambigüedad semántica", cuando lo grotesco es por otra parte también una ambigüedad sintáctica. Basta sólo con observar los seres híbridos que figuran en el edículo del panel ornamental de Enea Vico (exhibido en El factor grotesco) para darse cuenta de ello.
Panel ornamental grotesco concebido por Enea Vico Grabado ejecutado por Tomaso Barlacchi, 1541 British Museum, Londres |
• Falta desarrollar el por qué se considera lo grotesco como una ambigüedad cultural. Tal idea emana del texto como una noción arbitraria e injustificada.
• Es cierto que lo grotesco se dan cita "el desprecio y la piedad, la risa y el llanto, la empatía y el escarnio, el espanto y la ternura, el rechazo y el abrazo", mas lo importante de hecho es el modo en que ambos componentes de cada uno de los pares mencionados aparecen ante los ojos del espectador, es decir, en simultaneidad. Y es precisamente en ello donde se manifiesta la ambigüedad que caracteriza a la obra grotesca.
Bacon, Autorretrato, óleo, 1972 Colección Gilbert de Bottom, Suiza |
• El segundo párrafo describe los orígenes de lo grotesco en las pinturas ornamentales de los romanos y menciona las "imágenes ingrávidas de seres híbridos" y "composiciones de arquitectura inverosímil", aunque sin ligar tales motivos y características a aquellos del grabado de Enea Vico (arriba ilustrado).
• El descubrimiento de las pinturas ornamentales cuyos motivos y características dieron lugar a lo grotesco no es una anécdota sino un hecho histórico y bien documentado. De él da cuenta, por ejemplo, Benvenutto Cellini en su autobiografía.
• La exploración y descubrimiento de las pinturas ornamentales en cuestión no tuvo lugar no "en la medianía del siglo XV" sino en 1480.
• "A partir de este hallazgo," lo grotesco se extendió por toda Europa. Es cierto. Pero falta aclarar, como explica Gombrich, que ello fue posible gracias al grabado que en ese entonces era desarrollado en el Viejo Continente y finalmente terminó por ser empleado y bien recibido por los europeos.
• Tercer párrafo: "Lo grotesco ... está fuera del espacio dicotómico que constituyen belleza y fealdad". Esto es lo mismo que decir que lo grotesco no tiene nada que ver con la escala de valores estéticos. Tamaña idea es sencillamente un sinsentido. En su Curso de Psicología, García Venturini posiciona lo grotesco entre lo bello y lo feo.[7] Y bien lo hace ya que lo grotesco no es ni bello ni feo, sino ambas cosas a la vez. Dicho en otras palabras, lo grotesco implica una manifestación compleja y paradójica, la expresión patente del fenómeno lo uno y lo otro en las artes visuales.
Lo uno y lo otro: el patoconejo es simultáneamente pato y conejo. "Kaninchen und Ente" Imagen publicada en la revista alemana Fliegende Blätter en 1892.[8] |
• Exhibidas en la muestra El factor grotesco, las obras siguientes parecen tener más que ver con la fealdad que con lo grotesco. Entendiendo en este caso por fealdad aquello que carece de belleza o ha sido realizado con torpeza.
Otto Dix, Domésticas en día domingo, 1923 ¿Desagradable configuración sexista y clasista? |
• Al tener que ver con la idea de alienación y es fuente de considerable ambigüedad, el tema del desdoblamiento del yo puede en ciertos casos invocar lo grotesco. El individuo repetido genera ansiedad. Pero el tema del doble exige una duplicación de la misma persona, cosa que no necesariamente tendría lugar en el cuadro de Magritte exhibido en la muestra:
• Una golondrina no hace verano. Una caso aislado no es suficiente para alcanzar conclusiones de índole general. Para ello es preciso contar con una buena cantidad de pruebas y evidencia contundente. Ver una sola golondrina no prueba que ya es verano.
CARACTERIZACIÓN DE LO GROTESCO. Dejemos de lado la exposición para explorar ahora la naturaleza de lo grotesco. Tengamos es cuenta que, a través de la historia, lo grotesco es un fenómeno mutante y polivalente, uno que presenta gran versatilidad y que a raíz de ello es a su vez difícil de definir. La mayoría de los diccionarios, enciclopedias y escritos académicos suelen describirlo aunque sin llegar a caracterizarlo con propiedad ni proveer una definición cabal del mismo.
Tanto como categoría estética y como género artístico lo grotesco es un fenómeno mixto en el que se entremezclan elementos incompatibles tanto en la estructura de la obra como en la reacción del espectador. Así, por ejemplo, la hibridez y la metamorfosis figuran entre los temas frecuentemente abordados por lo grotesco. El desconcierto y la alienación, por otra parte, son algunas de las reacciones frecuentes que los espectadores experimentan ante la obra grotesca.
Chris Pye, Hombre de Ewyas, talla, 2005 |
Dado que lo grotesco es un fenómeno extraño y auto-contradictorio, su naturaleza extravagante y paradójica suele generar en el espectador considerable inquietud y ambivalencia.
Bacon, Retrato de George Dyer en un espejo (detalle), 1967 |
En mi tesis The Grotesque in Francis Bacon's Paintings (Lo grotesco en las pinturas de Francis Bacon, 1999), he determinado los rasgos del grotesco artístico considerando su desarrollo a partir del Romanticismo en adelante:
1. Tensión. Se da tanto en la obra como en la reacción del espectador. Lo grotesco se nos presenta como un fenómeno inusual y equívoco. Suele recurrir al factor sorpresa y a veces apela a la brusquedad. Desorienta. Lo grotesco rompe los moldes, infringe las normas, transgrede categorías. Celebra el exceso. Abre las válvulas de la inseguridad. Desestabiliza.
Treu, Entusiasmo, 2007 |
2. Unión de incompatibles. Lo grotesco es un fenómeno mixto. Puede así presentarse como extravagante y ridículo y ser simultáneamente risible y aterrador. Según John Ruskin todo grotesco posee dos componentes esenciales. Uno es terrible, el otro es lúdico. La dosificación de cada uno de esos componentes varía según el caso en cuestión, prevaleciendo entonces el uno o el otro.
Ruskin, "Grotesco noble e innoble", Las piedras de Venecia, siglo XIX En la cabeza de la izquierda domina el terror, mientras que en la de la derecha prevalece lo burlesco. |
Sin embargo, en determinados casos la configuración grotesca llega a presentar lo abismal perfectamente bien equilibrado con lo carnavalesco.
Quentin Matsys (a partir de Leonardo), Mujer grotesca, óleo, 1525 National Gallery, Londres |
En sus estudios acerca de lo grotesco algunos académicos tales como Kayser y Bajtin focalizaron su atención sobre tal o cual componente de lo grotesco.[10] Para Kayser lo grotesco es la expresión de lo demoníaco en el mundo; para Bajtin algo que debe ser relacionado con los excesos del carnaval. Con todo, lo cierto es que en cada grotesco hay un poco de cada uno de tales aspectos. Thomson explica que, a diferencia de lo tragicómico -que es un fenómeno de alternacia-, lo grotesco implica simultaneidad: con lo tragicómico, sostiene, el mundo es por momentos o bien un valle de lágrimas o bien un circo; con lo grotesco se da algo mucho más grave, agrega Thomson, ya que lo grotesco presupone que en todo valle de lágrimas hay algo de risible y en todo circo es posible ver un valle de lágrimas.[11]
"Y el silencio se hace", 2005 |
3. Insinuación de lo monstruoso o lo inhumano. Lo grotesco no presenta lo monstruoso sino que lo insinúa. No dice, sugiere.
¿Inofensivo o peligroso? |
En las artes visuales lo grotesco suele presentarse como una figura irreal, es decir una figura imposible y artificial, una que poco y nada tendría que ver con la realidad, si bien tangencialmente alude a ella.
Lo que tienen en la cabeza, afiche, c. 1960 |
La idea de Giordano Bruno sosteniendo que la imagen ficticia posee o conlleva su propia verdad es más que pertinente para la figura grotesca.[12]
Cabeza de Geniol, publicidad tridimensional, 1965 Multiplica las sonrisas |
No todo en la vida es precioso o abominable, existen casos intermedios. Y es por eso que García Venturini con justicia posiciona lo grotesco a medio camino entre lo bello y lo feo.
Lo grotesco es, si se quiere, un artificio estilístico significante que le permite al artista expresar un sinnúmero de sentires y saberes, todos ellos de doblefilo. Constituye entonces lo grotesco una paradoja visual o contradicción estructural que brinda una oportunidad para que se expresen las preocupaciones e inquietudes del hombre. Klauber tiene razón al ver en lo grotesco una sopapa de la inseguridad.
Es significativo que paralelamente a los valores de estabilidad y conformismo que la sociedad occidental promueve, se dé también el arte grotesco como reflejo de lo enunciado por Ortega y Gasset en cuanto a la condición humana: "sólo nos es segura la inseguridad".[13]
Más allá de su ser imposible, extravagante y artificial, lo grotesco constituye una de las conquistas más importantes de los artistas de todos los tiempos: la de poder expresar lo inexpresable.
Anticonvencional y anticlásico hasta la médula, lo grotesco se da como una verdadera válvula de escape en la historia del arte y logra romper las cadenas del artista quien, otrora esclavizado, solo debía imitar la naturaleza o la realidad circundante de modo mimético.[14]
Y aunque se trate de un fenómeno marginal, lo grotesco le permite al artista crear realidades nuevas, realidades que son tan o más interesantes que las existentes. Gracias a lo grotesco son también expresados sueños y pesadillas. "El sueño de la razón produce monstruos", escribía Goya, expresando la idea de que el sueño de la razón produce monstruos imposibles, pero cuando unido a ella es madre de las artes y de sus maravillas.[15] Son así tales contradicciones y caprichos finalmente visualizados y desde entonces admirados. Y, con todo, lo grotesco se remitirá siempre a sugerir e insinuar, llegando a ser un algo así como un sindecirdiciéndolo.
André Maurois escribió que el arte le da al hombre aquello que el mundo le niega, la unión de la contemplación y la paz.[16] Pero el arte también le otorga la posibilidad de poder expresar su realidad haciendo uso de lo grotesco.
Eduardo Capilla, Los problemas de hoy, Grey Argentina & Películas Cortitas, 2007
Inusual y sofisticado reflejo de la experiencia del hombre en el mundo, lo grotesco es fruto interesante y suculento. Ocupa un lugar destacado entre aquellos producidos el árbol de lo Imaginario.
—Mariano Akerman
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Notas
1. Quienquiera que consulte las definiciones de grotesco hoy disponibles, comprenderá rápidamente que se trata de un término sumamemente difuso y que bien puede referirse a ideas muy diferentes (cuando no opuestas).
2. Cuando la caricatura ridiculiza a un tipo social es conocida con el nombre de sátira. Hogarth desarrolló el arte de la sátira en Inglaterra en el siglo XVIII; Daumier cultivó la sátira en Francia en el siglo XIX. En el período de entre guerras los artistas europeos a menudo se expresaron recurriendo a sátira. Entre estos últimos George Grosz y Otto Dix hoy ocupan lugares destacados en la historia del arte.
3. Los conceptos expresados por Véronique Klauber en relación al grotesco literario son también válidos para el grotesco artístico: "Soupape de l'insécurité, le grotesque dans la littérature moderne ouvre les vannes d'un rire transformé en grimace sous la pression de l'angoisse ou du malaise, alors que la sensation d'insécurité et de l'oppression persiste chez l'écrivain et se répercute dans le public frissonnant. Sa charge comique ne suffit pas à une dénégation efficace, mais elle permet de réagir ; le grotesque apporte moins la catharsis que la confirmation de l'instabilité de tout.
Le grotesque sépare l'humanité en deux camps : à l'un appartiennent ceux qui veulent l'apprivoiser et le rapprochent de l'effet de contraste provoqué par deux sentiments ou deux catégories esthétiques opposés ; pour l'adoucir, ils le dissolvent dans un emploi adjectival du mot. Ils le rapprochent par exemple du fantastique et d'E. T. A. Hoffmann, citent Bakhtine avec ferveur pour assimiler le grotesque au carnavalesque, l'amalgament avec l'absurde à propos de Wolfgang Kayser, le confondent avec le burlesque et pensent à Jarry, ou encore se tournent vers Gadda qui, grâce au mélange baroque des dialectes et à l'expressivité « macaronique », pourrait accéder au grotesque. S'il est vrai que l'horreur et l'abjection sont des ingrédients indispensables du grotesque, elles n'appartiennent pour autant à aucun « ailleurs » : l'horreur est réalité et ne demande ni un effort d'imagination ni des fouilles préhistoriques. En cela, le grotesque moderne est à cent lieues des grottes creusées par les archéologues du xve siècle pour déterrer la Domus aurea de Néron, dont l'ornementation bizarre où s'enchevêtrent, dans un mouvement fantastique, les arabesques des végétaux, des animaux et des chimères, inspira la pittura grottesca de la Renaissance" (Encyclopédie Universalis).
4. En su reseña de enero de 2013, Kovalski describe en detalle las imprecisiones y arbitrariedades que ha detectado en el modo en que se presentaba y estructurada la muestra, criticando así el panel inicial de la misma ("Grotesco, me dije, ni siquiera saben cuántos creadores han reunido en la exposición"), el contenido del folleto que acompaña al visitante ("Empiezo a dudar de que alguien en el museo conozca qué demonios significa el factor grotesco"), e incluso el hilo conductor de la exposición, al que considera inconvincente dado que el mismo no fue "bien definido" y la colección de la muestra parece ser no más que "una simple recolección de obras variopintas" exhibidas en condición de agregado, sin que exista un criterio claro e incluso caprichosamente.
5. El título de ese programa televisivo, donde los participantes se exponen a innumerables pruebas peligrosas, es resemantizado en un artículo acerca de la otredad, los prejuicios y los estereotipos.
6. Esto no resultó ser del agrado de no pocos visitantes que esperaban encontrar una exposición montada a partir de una definición de lo grotesco. O sea, un evento específicamente didáctico, unoy que les aclarase sus dudas acerca de qué es lo grotesco, dado que el jugar a ser investigadores no era su papel sino el de los organizadores de la muestra. En su blog, Ismael Amaro aprecia el material exhibido pero a su vez se pregunta si la exposición ha conseguido su objetivo. Reconoce en la muestra hay obras que encajan bien en el contexto de lo grotesco y no obstante que también hay obras en las que, según él, se ha querido ver mucho más de lo que cada una en sí recoge. Kovalski por otra parte admite que en la muestra "lo grotesco se deja ver en algunas piezas" y "en otras se intuye". Y con todo, informa también que "en otras [tantas] no aparece por ningún lado", de modo tal que "en general la sensación que deja la exposición es [la] de [ser un] intento fallido".
7. Jorge García Venturini, Curso de Psicología (1959-60), 15ª ed., Buenos Aires: Troquel, 1972.
8. Acerca de esta imagen, véase Eric W. Weisstein, Rabbit-Duck Illusion, Wolfram MathWorld, accedido 10.5.2013. Recientemente el fenómeno lo uno y lo otro ha alcanzado dimensiones incluso taxidérmicas:
Patoconejo anglo-irlandés, configuración taxidérmica, 2010
Hasta donde el autor tiene conocimiento ninguno de los patoconejos aquí ilustrados fueron incluidos en la exposición El factor grotesco; ambos por otra parte son comparados por Susana Martinez-Conde en su blog, American Scientific, en mayo de 2013, es decir, sólo una vez que la muestra ya acabó.
9. El cuadro de Magritte puede presentar dos hombres de la alta sociedad, un individuo con su sombra, un hombre que piensa en una playa y otro que piensa en una foresta, etc. Aunque dual e indeterminado, el motivo representado por Magritte no es particularmente inquietante ni tampoco desestabilizador.
10. Véanse Wolfgang Kayser, The Grotesque in Art and Literature (Das Groteske: seine Gestaltung in Malerei und Dichtung, 1957), trad. Ulrich Weisstein, Bloomington: Indiana UP, 1963; y Mikhail Bakhtin, Rabelais and His World (1941), trad. Hélène Iswolsky, Bloomington and Indianapolis: Indiana UP, 1984, esp. pp. 303-67: "The Grotesque Image of the body and Its Sources".
11. Philip Thomson, The Grotesque, Londres: Methuen, 1972.
12. Giordano Bruno, De vinculis in genere, 1588-91: De vincibilibus in genere, Art. XXX, Vincibilis veritas: "habet enim sua species phantastica veritatem" (Jordani Bruni Nolani opera latine conscriptapta publicis sumptibus edita, Napoli: D. Morano, 1879-91, vol. 3, fol. 93v; Giordano Bruno, Os vínculos, trad. Elaine Santorelli, Sao Paulo: Hedra, 2012, p. 55: "a aparência fantástica tem sua verdade"; Roger Caillois, Au coeur du fantastique, Paris: Gallimard, 1965: "L'image fictive possède sa propre vérité").
13. "Ensimismamiento y alteración," Buenos Aires, 1939: "Rien ne m'est sûr que la chose incertaine. [...] La suerte de la cultura, el destino del hombre, depende de que en el fondo de nuestro ser mantengamos siempre vivaz esta dramática conciencia y, como un contrapunto murmurante en nuestras entrañas, sintamos bien que sólo nos es segura la inseguridad" ("El Hombre y la Gente", en Obras Completas de Ortega y Gasset, Madrid: Alianza Editorial-Revista de Occidente, 1983, vol. VII, p. 90).
14. Mímesis significa en griego "imitación".
15. Véase también la interpretación de Ayn Rand.
16. André Maurois, Carta abierta a un joven, 1967; citado en Buenos Aires, Universidad de Belgrano, Mariano Akerman: De cáscara y contenido, 1988: "El arte brinda al espíritu aquello que el mundo le niega—la unión de la contemplación y la paz."
Lo grotesco en las artes visuales
Imágenes de la colección personal de reproducciones de obras de arte grotesco del autor
Pato-conejo, Fliegende Blätter, 1892 |
Conejo-tigre |
Ruskin, "Grotesco noble e innoble", Las piedras de Venecia, s. XIX |
Chris Pye, Hombre vegetal, 2005 |
Quentin Matsys, Mujer vieja y grotesca, 1525 National Gallery, Londres |
"Y el silencio se hace", 2005 |
Thomas Mangold, Hacer un elefante de un mosquito, 2010 |
James Ensor, Equeletos peleándose por un arenque ahumado, 1891 Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas |
Lo que tienen en la cabeza, c. 1960 |
Treu, Entusiasmo, 2007 |
Fontarrosa, "En su caso debemos excluir toda posibilidad de esterilidad", 1982 |
Anónimo, Equilibrio inestable, c. 2006-7 |
Gárgola medieval francesa, século XIV |
Recursos adicionales
Bibliografía | WikiGrotesco | WikiGrotesque | GrotoMedia
SER Y NO SER | cf1 | cf2 | cf3
Acerca del presente trabajo
Idea, investigación y diseño: Mariano Akerman. Versión inicial: 12.5.2013
Advertencia legal. El texto de "A la búsqueda del factor grotesco" es propiedad intelectual de su autor y se incluye en el presente trabajo con objetivos educativos exclusivamente. Todos los derechos intelectuales y de publicación son propiedad del autor del presente trabajo. Queda prohibida su traducción y/o reproducción sin el previo consentimiento por escrito del autor. Todos los derechos reservados © Copyright 2013.
6 comments:
Bravo por el artículo y por el manejo del idioma.
Desde la Aldea Grande y bien flor-IDA, estoy leyendo un artículo tuyo y como siempre me aporta algo nuevo. Me gusta la comparación que hacés entre la caricatura y lo grotesco. Bien gráfica, clarísima. También me gusta la definición de Kayser sobre la expresión grotesca como "miedo a la vida (Lebensangst)". Wow! Da mucho para pensar. Voy a tener que mirar lo grotesco con otros ojos y com otro espíritu también. Bravo. Gracias por compartir. Un beso, gab ~
Tu trabajo profundiza muy bien en el tema y lo analiza hasta lo más ínfimo. Lo grotesco es una mezcla de componentes fuera de la común. Tu trabajo que es ampliamente explicativo. Cariños, Gina
Muy bueno. La verdad es que le ponés mucha garra, Mariano. Digna de admirar. Te mando un beso grande y vamos todavia, gab ~
Muy interesante, Mariano. Sobre todo la cita sobre lo grotesco como miedo a la vida. Para mí, lo grotesco, en un contexto adecuado, puede ser bello. Complementando la belleza. Las gárgolas "grotescas" de las catedrales complementan su belleza. "Grotesco" viene de gruta, pues en una gruta fueron descubiertas [las figuras híbridas y otros motivos] de las pinturas romanas que dan nombre, originalmente, al género. Esas pinturas eran eminentemente decorativas, subrayando de nuevo el carácter oposicional -pero complementario- de lo grotesco para resaltar la belleza. Un abrazo, Rafael
Gracias Rafael. Comparto tu idea de que lo grotesco es un elemento que (siendo anti-clásico por no transgredir, entre otras cosas, la idea de mímesis) tiende a oponerse pero a su también a complementar la belleza. Esto indudablemente es válido para los motivos grutescos empleados en la decoración renacentista e incluso manierista hacia el fin del siglo XV y a lo largo de todo el siglo XVI. Sin embargo, hacia el siglo XVII el género grotesco ha de abarcar no solo los monigotes del teatro (Commedia dell'arte) sino también seres atípicos tales como enanos, jorobados, amputados, y otros tantos siameses deformes. A ellos se los percibirá por ese entonces como grotescos, de modo que el miedo de los observadores resulta ir acompañado de la risa, por lo general cruel. Con todo, para que haya género grotesco y empleando ahora los criterios contempóraneos, la coexistencia de incompatibilidades debe darse tanto en la naturaleza de la obra de arte grotesca como en la reacción del espectador. Los seres atípicos, claro está, no son obras de arte, sino casos particulares o extraordinarios que responden a algunas irregularidades en la naturaleza. Pero lo grotesco es un fenómeno artístico. Es artísticamente antinatural. En efecto, en la naturaleza no existen los grotescos y sólo llegan a darse casos atípicos. La evolución de la ciencia permitió comprobar esta hípótesis en términos empíricos. (Con las manipulaciones genéticas de estos días posiblemente esto último se torne cuestionable). En arte, propios de lo grotesco son no solo la ridiculez y el exceso sino también la artificialidad. Además de ello, en los siglos XIX y XX, lo grotesco termina por ser caracterizado como lo ambivalentemente anormal y también aquello que sugiere lo monstruoso. Un abrazo, Mariano
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