Ad Reinhardt, Dialogue, detail from A Page of Jokes, cartoon 1946.
Hyena: "Why don't you define your terms so that we can talk?"
Ape: "Well, fry my feet for a couple of garfish, why don't you?"
Reinhardt's animals don't understand each other. While the hyena asks the ape to lay his cards on the table, the ape avoids disclosing its position and sends the hyena to hell.
With this image, Reinhardt laughs at a never-ending conflict between the public and the artist.
Coming from an opportunistic feeder, the hyena’s question recalls the public demanding the artist to reveal his aims and/or define his artistic position.
Long supposed to imitate Nature, artists were often associated with monkeys and apes.
Francisco Goya, Los Caprichos, #41: "Ni mas ni menos" (Neither more nor less), aquatint, 1799.*
Thus, in Ad Reinhard's dialogue, the ape’s response includes a local idiom which leaves no doubt about its uncompromising position. The response asserts the artist’s right of making art without having to justify it. For, why should the artist have to answer to such type of questions? Or, why should he have to define his artistic position at all?
Reinhart’s incisive and down-to-earth image suggests that artists should be concerned with making art, not with answering the public’s questions.
According to Reinhardt:
1. "Art is Art. Everything else is everything else."
2. "Art is too serious to be taken seriously."
3. "Only a bad artist thinks he has a good idea. A good artist does not need anything."
TIME (undated notes)
WORK OF ART LOADED, CARRY TRADITIONS, CONVENTIONS, HISTORY OF PERSONAL DISCOVERY (NOT SIMPLE RECOGNITIONS)
FORMS CONTINUITY, TOTALITY, HISTORY, "IMAGINARY MUSEUM"
LANGUAGE SERVE AS HIDING ONE'S THOUGHT
NO OPEN BOOK, ONLY TOUCH
FACTS OF AN ARTIST'S LIFE NOT OF GREAT EXPLANATORY USE [...]
WORK CREATES ITS TIME
ITS OWN TIME
"GIVES" CONTENT TO ITS TIME, NOT "EXPRESSES" TIME.
Ad Reinhardt, Representation, detail from How to look at an Artist
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* Anuncio de venta de Los Caprichos - "Colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y grabadas al aguafuerte por D. Francisco de Goya," Diario Madrid, 6 de febrero de 1799: "Persuadido el autor de que la censura de los errores y vicios humanos (aunque parezca peculiar de la elocuencia y la poesía) pueda ser también objeto de pintura, ha escogido como asuntos proporcionados para su obra, entre la multitud de extravagancias y desaciertos que son comunes en toda sociedad civil y entre las preocupaciones y embustes vulgares, autorizados por la costumbre, la ignorancia o el interés, aquellos que ha creído más aptos a suministrar material para el ridículo y excitar al mismo tiempo la fantasía del artífice. Como la mayor parte de los objetos que en esta obra se representan son ideales, no sería temeridad creer que sus defectos hallarán, tal vez, mucha disculpa entre los inteligentes. Considerando que el autor no ha seguido los ejemplos de otro, ni ha podido copiar tampoco de la naturaleza, y si el imitarla es tan difícil, como admirable, cuando se logra; no dejará de merecer alguna estimación el que, apartándose enteramente de ella, ha tenido que exponer a los ojos formas y actitudes que solo han existido hasta ahora en la mente humana, oscurecida y confusa por la falta de ilustración o acalorada por el desenfreno de las pasiones. Sería suponer demasiado en las bellas artes el advertir al público, que en ninguna de las composiciones que forman esta colección se ha propuesto el autor, para ridiculizar los defectos particulares a uno u otro individuo; que sería en verdad estrecharla demasiado los límites al talento y equivocar los medios de que se valen las artes de imitación para producir obras perfectas. La pintura (como la poesía) escoge en lo universal, lo que juzga más a propósito para sus fines; reúne en un solo personaje fantástico, circunstancias y caracteres que la naturaleza representa esparcidos en muchos y de esta combinación, ingeniosamente dispuesta, resulta aquella feliz imitación por la cual adquiere un buen artífice el título de inventor y no de copiante servil. Se vende en la calle del Desengaño, nº 1 tienda de perfumes y licores, pagando por cada colección de a 80 estampas 320 rS. Vn." (José Camón Aznar, Francisco de Goya, Zaragoza: Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1980, tomo III, p. 35).